'En Madrid se mata como en Nueva York'
Sabe de crímenes lo que no está en los escritos. A él, y a otros como él, dedica precisamente su atención la revista Qué Leer. A lo mejor porque la literatura ha estado siempre muy cercana al crimen. Y al periodismo. A lo mejor porque el periodismo es, sobre todo, contar lo que no es normal. Y el crimen es un suceso, algo que ha pasado y que ha roto -terrible y brutal- la normalidad. Francisco Pérez Abellán es murciano y en esto de la escritura ha hecho de todo en sus 46 años. Ha escrito una docena de libros, miles de artículos. Llena madrugadas de radio y televisión con su voz rasposa contando, analizando muertes. Ha pasado amanecidas de frío y tabaco con policías, con asesinos y con pobres hombres. Ha visto el horror en el cuerpo de una prostituta acuchillada, en las heridas de un niño maltratado, en los ojos del suicida. Y siempre, siempre se ha preguntado por qué. Qué había detrás de cada muerte, de cada herida. Acaba de sacar un nuevo libro, ¿Quién es el asesino? (Martínez Roca, Barcelona, 2001). Casi un juego, una propuesta para que el lector investigue, pruebe su sagacidad con 28 asesinatos reales.
Pregunta. Muchos crímenes, ¿eh?
Respuesta. Muchos. Es una sociedad enferma, violenta. Y eso se refleja en la forma de morir. Pero no crea. En contra de lo que se cree, el crimen no surge por la violencia de la televisión o de los juegos... Es al revés. Es la realidad la que se plasma en la película, el libro...
P. ¿España tiene sus peculiaridades en el asesinato?
R. Ya no. Antes era lo de navajazo y entregarse a la Guardia Civil. Eran crímenes pasionales, crímenes por una linde, por una herencia. Pero ahora se mata igual en Madrid que en Nueva York.
P. ¿Y eso?
R. La sociedad española ha evolucionado. Es mucho más compleja. Han cambiado también las costumbres en vestido, en comidas...
P. No me diga que los hábitos de comer influyen...
R. Todo influye, claro que sí. Hasta la comida rápida, que denota una actitud vital, cultural, el ansia y el vértigo, la prisa. El crimen ahora tiene otras razones. Por ejemplo, hay crimen organizado, asesinatos por ajuste de cuentas, se ha descubierto el crimen por satisfacción, por el simple arte de matar, que decía Chandler.
P. También habrán evolucionado los asesinos.
R. Naturalmente. El asesino ahora es un hombre normal. Mantiene una vida tranquila, reposada, en orden. Y comete sus delitos como hechos surgidos de la parte oscura de su alma.
P. Qué horror, ¿no?
R. Pues sí. Por eso, yo defiendo que hay que estudiar el crimen y al criminal, conocer sus motivaciones para evitar que se repita.
P. ¿Qué suceso le ha causado mayor impresión?
R. De los actuales, sin duda, el de la niñas de Alcàsser. Fue tan brutal, tan horrible, tan sin sentido. Fue un crimen porque sí. Matar por matar...
P. ¿Y qué tal es la policía?
R. Tenemos una magnífica policía. Magnífica.
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