Toros en San Sebastián
Un año más, San Sebastián es la sede de uno de los espectáculos (junto a las corridas de toros) más inmorales y que más desacreditan a la ciudad: los encuentros de novilleros, y para colmo, capital mundial del toro, cuando llevábamos 25 años sin plaza. Pero este año además, tienen un ingrediente que me niego rotundamente a digerir: las indemnizaciones que el Gobierno vasco va a conceder por cada animal muerto: 30.000 pesetas, más 324 por kilo de carne una vez desollados y retirados los despojos. ¿Acaso el Gobierno ha olvidado que es un ente público que tiene que responder a la demanda de todos los ciudadanos vascos? Que pregunte a la población qué opina de esta medida.
Los y las animalistas estamos hartos de la crisis de las vacas locas, pues aquí los únicos que están en crisis, pero en crisis ética y moral, son los responsables y al mismo tiempo económicamente perjudicados de esta situación, que se refieren a las vacas como si fueran coches que han salido defectuosos y hubiera que deshacerse de los mismos al menor coste posible. Frases como las siguientes dan buena prueba de ello: 'Mecanismo de adquisición para destrucción de reses mayores de 30 meses' (Unión Europea); 'animales de intervención' (la UE refiriéndose a los toros de lidia); 'eliminar animales vacunos en los mataderos',... ¿Hemos perdido la cordura? ¿Se creen que por usar esa terminología vamos a olvidar que toros y vacas son seres sensibles al dolor y al sufrimiento, como ustedes y yo?
Me niego a financiar y a subvencionar la tortura. Y como yo, muchos ciudadanos vascas.-
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