El Banco de Valencia se revaloriza un 17% en un año

El consejo de administración del Banco de Valencia aceptó anteayer la renuncia de cuatro de sus miembros - el vicepresidente Juan Lladró y los consejeros Antonio Muñoz Armero, Jesús Murcia Lacal y Juan Nicasio Ordóñez- por exceder la edad límite (70 años) para pertenecer al órgano de gobierno, según establece el Código Olivencia.

El banco ha cubierto sólo dos de las vacantes y reducido el consejo de 17 a 15 miembros. A Juan Lladró le sustituye su hija Rosa Lladró y Jesús Ramírez se incorpora en representación de Montepío Loreto, institución que gestiona las prestaciones de jubilación e invalidez de 11 compañías aéreas, entre las que se encuentra Iberia. Esta mutualidad entró en el accionariado del Banco de Valencia hace dos años y posee en la actualidad el 3,52% del capital, unos 4.500 millones de pesetas. Montepío Loreto cuenta con una cartera de inversiones superior a los 135.000 millones de pesetas, según un portavoz del banco.

El presidente Julio de Miguel destacó 'el crecimiento sostenido de la rentabilidad y los beneficios' del banco, que cerró el 2000 con unos beneficios netos de 8.707 millones de pesetas, un 14,4% superiores a los de 1999.

El banco repartirá con cargo al ejercicio pasado un dividendo de 50 pesetas por título, un 10% superior al distribuido en 1999, una propuesta ratificada por la junta. El próximo sábado, 3 de marzo, se pagará un dividendo complementario de 7,81 pesetas, unidas a otras 20 en concepto de prima de emisión. Estas 27,81 pesetas se añaden a las 22,19 que ya se adelantaron como dividendo a cuenta el pasado mes de octubre.

De Miguel explicó que las acciones se revalorizaron el año pasado un 17,3% frente al casi 10% de media del sector bancario, que unida al 4% vía reparto de dividendos, representa una rentabilidad global para el accionista superior al 21%. El beneficio neto supone una ganancia por cada acción en circulación de 100 pesetas.

Los resultados del único banco valenciano fueron el año pasado típicos y recurrentes y superaron las previsiones de sus directivos. El banco sale bien parado en la comparación con la media del sector. La inversión crediticia neta creció un 24%, casi el doble que la media, y los recursos ajenos aumentaron un 18% frente al 13,7% del conjunto. El índice de morosidad (0,59%) se situó tres décimas por debajo del sector y la cobertura excedía en un 67% el promedio. El ratio de eficiencia (mide el porcentaje de ingresos que consume el banco en gastos generales y personal) es en el Banco de Valencia del 46% frente al 55,8% del sector.

La entidad, participada en un 37% por Bancaixa, abrió el año pasado 33 oficinas, 13 en la Comunidad y el resto en Murcia, Madrid, Aragón, Almería y Navarra. También en el ejercicio pasado, el banco invirtió 2.800 millones de pesetas en la sociedad Liberta 7 y creó Inversiones Valencia Sociedad de Capital Riesgo, con un presupuesto inicial de 1.000 millones de pesetas. El Banco de Valencia participará a través de esta sociedad en empresas familiares y en el concurso para la concesión de los parques eólicos.

Dos accionistas tomaron la palabra para expresar su opinión. Uno de ellos sugirió al consejo que el dividendo se repartiera en cuatro plazos en lugar de dos y el presidente Julio de Miguel anunció que posiblemente el banco se decida por fragmentar el pago en tres.