La desalinizadora de Blanes exige una inversión de 5.000 millones
La construcción de la estación desalinizadora de Blanes (Selva) costará en su primera fase unos 5.000 millones de pesetas. La planta, cuyo proyecto fue presentado ayer por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acompañado del titular del Departamento de Medio Ambiente, Felip Puig, podría entrar en funcionamiento durante el otoño del año 2002.
La planta de Blanes producirá casi 30.000 metros cúbicos de agua por día, una cantidad que puede cubrir las necesidades de unos 120.000 habitantes. La Generalitat proyecta otras dos plantas desalinizadoras, una en la costa de Tarragona y otra en la costa norte de Girona, aunque todavía no se ha decidido su ubicación definitiva.
La captación del agua se realiza mediante unos pozos de más de 100 metros de profundidad en la primera línea de la costa. El caudal marítimo se somete al proceso de ósmosis inversa, durante el cual la aplicación de una presión externa sobre el agua hace que las partículas salinas queden retenidas por unos bastidores de membranas. Mientras que el agua salada retorna al mar, el agua dulce se almacena para recibir un tratamiento de potabilización mediante la aportación de minerales. El líquido resultante será distribuido entonces a los usuarios de la red pública de la cuenca del Tordera a través de las potabilizadoras de Blanes, Palafolls y Tossa-Lloret.
Pujol reclamó al Gobierno central que apueste por estas infraestructuras en lugar de lanzarse 'al recurso fácil de ir sacando agua del río'. El consejero de Medio Ambiente defendió el trasvase del Ródano para que el Plan Hidrológico Nacional saque menos agua del Ebro.
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