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El BNG se aleja más del independentismo para mostrarse como alternativa a Fraga

Xosé Hermida

Con la reafirmación de que el independentismo es ajeno a su proyecto político y que las propuestas soberanistas tampoco figuran entre sus objetivos inmediatos, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) inicia hoy en Santiago de Compostela su IX Asamblea Nacional. El BNG cree que por vez primera está 'en condiciones objetivas de ser una alternativa al Gobierno de Manuel Fraga' y, con la vista puesta en las elecciones autonómicas del próximo octubre, quiere presentar a los ciudadanos una propuesta 'pragmática', como la definen sus propios dirigentes.

Los nacionalistas gallegos dicen que ha llegado el momento del 'asalto al poder'. La expresión parece un resabio de los viejos tiempos del combate y la movilización social, pero, guiños lingüísticos al margen, el BNG ahondará este fin de semana en esa imagen de responsabilidad y moderación que se ha esforzado por presentar en los últimos años. El lema de la Asamblea -no se llama congreso porque el BNG no es un partido sino un conglomerado en el que participan seis grupos distintos y una mayoría de independientes- resulta inequívoco al respecto: 'Compromiso de futuro, responsabilidad para gobernar'.

La línea política que saldrá de la Asamblea no va a diferir mucho de la expresada en los últimos años y reiterada por el líder de la organización, Xosé Manuel Beiras, durante el reciente debate parlamentario de la moción de censura contra Fraga. Se reafirma el rechazo al independentismo y aunque el objetivo final sea el reconocimiento de los 'derechos nacionales', entre ellos la autodeterminación, nada de eso figura en los programas de gobierno de los nacionalistas. 'No renunciamos a nuestros principios ideológicos, pero queremos contar con todos los gallegos', dice el responsable de Organización, Francisco García. Frente a los intentos de sus adversarios políticos, especialmente el PP, de seguir presentando al BNG como un grupo con veleidades radicales, los dirigentes nacionalistas prometen sensatez. 'Ofrecemos remedios para los problemas del país, no una política extraterrestre', dice el responsable de Comunicación, Mario López Rico.

Después de que en las elecciones generales de marzo de 2000 fracasara en su intento de constituir un grupo parlamentario en el Congreso, el BNG vivió momentos de agitación. Se cuestionó el discurso público, sobre todo la identificación entre el PP y el franquismo que es habitual en las intervenciones de Beiras, y hubo un cambio de táctica orientado a buscar votos de centro.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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