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España ratificará el Tratado de Niza antes de volver a presidir la UE en enero de 2002

El tercer semestre en que España estará al frente de la UE desde su ingreso en 1986, tras las presidencias de turno desempeñadas en 1989 y 1995, tendrá como hitos las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrarán en Barcelona los días 15 y 16 de mayo de 2002, y en Sevilla del 19 al 21 de junio. El Gobierno está empeñado en mantener esas convocatorias a pesar de que el Tratado de Niza prevé que, a partir de 2002, uno de los dos Consejos Europeos semestrales deje de ser rotatorio y se celebre en Bruselas.

La representación española hizo constar ya en Niza, donde esta concesión a Bélgica se introdujo por sorpresa y en el último minuto, que los preparativos para Barcelona y Sevilla estaban tan avanzados que no podrían ser cancelados sin daños políticos y hasta económicos. Según las fuentes diplomáticas citadas, hasta ahora ningún país ha puesto objeciones al mantenimiento de esas dos ciudades como sedes de las respectivas cumbres. Por otra parte, parece improbable que el Tratado de Niza haya sido ratificado para enero de 2002 por la totalidad de los Quince, lo que es condición previa a su entrada en vigor, y tampoco es seguro que se haya resuelto en esa fecha el problema de cómo se financiarán los consejos bruselenses.

Las dos cumbres del semestre no serán, sin embargo, más que las notas culminantes de un calendario español especialmente rico en reuniones internacionales para un año en el que también la ONU ha elegido Madrid como sede de una gran asamblea mundial sobre el envejecimiento de la población. La reunión Europa-Latinoamérica, que congregará en Madrid a cerca de 40 jefes de Estado o Gobierno de ambos lados del Atlántico, será un tercer momento clave del semestre. La agenda internacional del presidente del Gobierno se verá, además, complicada por otros compromisos derivados de su condición de presidente de la UE, como los de participar en la reunión del G-8 que se celebrará en Ottawa (Canadá) en junio, en la cumbre Rusia-Europa que se celebrará en Moscú, en la cumbre Europa-EE UU, que aún no tiene sede, y en las que quizás se monten con Japón y China.

Superar la extradición

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Toda esta actividad internacional extraordinaria, que para el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, comenzará el próximo mes de julio cuando empiece a girar por Europa integrado en la troika comunitaria con sus colegas de la presidencia saliente (Suecia) y entrante (Bélgica), será puesta al servicio de un objetivo tan general como es hacer avanzar la UE. 'La prioridad es la Unión, porque los países grandes no deben limitar su enfoque a unos pocos objetivos parciales', sostienen fuentes gubernamentales, que prevén que la presidencia española no adoptará ningún lema como los que han caracterizado otros semestres.

Pero esto no quiere decir que España no vaya a hacer valer sus intereses, que estructurarán los debates en la cumbre de Barcelona en dos sentidos: la promoción de empleo y la creación de un espacio judicial común en el que los procedimientos de extradición puedan ser suprimidos.

El Gobierno de José María Aznar, que ha intentado sin mucho éxito extender a Portugal y Francia el tratado firmado con Italia para la entrega directa de delincuentes especialmente peligrosos, como los mafiosos o terroristas, querría que la extradición desaparezca en la UE bajo su presidencia en virtud de una directiva comunitaria basada en la propuesta que prepara al respecto el comisario portugués de Justicia, António Vitorino. Pero si eso no fuera posible, porque algunos países se nieguen, espera extender las entregas inmediatas por decisión del Consejo mediante un procedimiento de cooperación reforzada que incorpore al mayor número de países posible.

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