Vinaròs se disfraza para recibir el Carnaval

Vinaròs inició ayer sus carnavales y hasta el día 26, en que se procederá al entierro de la sardina, la fiesta será la protagonista absoluta. 32 comparsas, 3.000 comparseros, desfiles en los que participarán más de 2.000 personas y 133 millones de presupuesto son las cifras principales de los carnavales valencianos más conocidos. Un año más, una población de 23.000 habitantes se vuelca para recibir a miles de visitantes. 'Sólo en el último fin de semana, el del 23 al 25 de febrero, esperamos que vengan más de 150.000 personas', calcula Bartolomé Bueno, presidente de la Comisión Organizadora del Carnaval (COC).

El Carnaval de Vinaròs se ha ganado a pulso el ser uno de los más destacados del Mediterráneo. Este año llega a su edición número 19, después de más de un siglo de tradición histórica. Dos décadas de carnavales ya institucionalizados han conformado un esqueleto básico de programación sobre el que se van configurando los actos. Los auténticos platos fuertes se concentran los fines de semana. Anoche se encontraron los estandartes en el paseo marítimo, y hoy se celebrará la gala de presentación de las reinas de las comparsas. Y el último fin de semana de febrero, la traca festiva final, con verbenas, derecho a una consumición en los locales de ocio a los que se vaya en pijama y desfiles de las comparsas. Entre semana, las comparsas organizan actos populares, como la preparación de una fideuà para 2.500 personas.

Los carnavales cuentan este año con un presupuesto de 133 millones de pesetas, de los que las comparsas aportan 110, el Ayuntamiento, 17, y la COC, seis. El concejal de fiestas, José Ramón Tárrega, afirma: 'Son nuestras fiestas más populares y tenemos que volcarnos en ellas, garantizando también la seguridad de los que nos visitan'. Si la ausencia de altercados graves fue la tónica habitual del año pasado, esta vez se confía en que todo vuelva a salir a la perfección. Las comparsas trabajan en sus trajes varios meses para poder lucirlos durante estos diez días. Hay trajes de reinas que llegan a costar medio millón de pesetas, y que pesan unos veinte kilos. La repercusión económica para la ciudad es otro asunto destacado. Desde hace varios días, no queda ninguna habitación libre para las noches de los fines de semana.