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VISTO / OÍDO
Columna
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Mando único

Este diario da un gran título en primera: La oposición rechaza en bloque la reforma del Poder Judicial. Otro, Abc, con letras más grandes y foto de ministro: El Congreso acoge favorablemente la propuesta del Gobierno para reformar la Justicia. El arte del periodismo: uno está con la oposición, otro con el Gobierno. Estoy con este periódico, aunque no con la oposición (soy lo que se llamaría extraparlamentario), y tengo la sensación de que el otro miente.

El Congreso no es favorable: la mayoría del partido gubernamental, soldando el Legislativo y el Ejecutivo, lanza la nueva ley judicial que trataría de tener en sus manos el Poder Judicial o tercer poder, y el resto de la España política se opone. Y a una España larga y fastidiada le da igual, porque no va a mejorar, y la teoría política la manda al metafórico cuerno. Y hay quien sabe que todo fue una ficción: mandan los de siempre, hasta cuando ganan los socialistas.

Molesta más la asunción por el Gobierno de lo que se llamó cuarto poder, la prensa, que hoy incluye por lo menos periódicos, radios, televisiones, porque con él tiene contactos: una pequeña parte de la España civil es lectora y espectadora y oyente. La anexión del Poder Judicial por el Gobierno es, para muchos, una desvergüenza: una manera de quitar el último límite al poder, que ha tenido tropiezos últimamente con los jueces, en el caso Liaño -simbólico de cómo quiere que los jueces sean suyos e inmunes, indemnes a su aventurismo- o en el de los funcionarios, que quieren cobrar lo que se les debe. Parece fastidiarles, y ayer se quejaban en toda España. La argumentación del Gobierno/Congreso es que así no se puede gobernar ni legislar, si hay unas leyes y unos tribunales que declaran que eso es ilegal.

Al mismo tiempo se abre la guerra de las autonomías, a partir de la ventaja que tiene el Gobierno de que el tema vasco es irregular y dañino y molesta a toda España. La revuelta de ahora por sus temas (el agua de Aragón, la inicua ley de emigración) empieza a desbordar la política de partidos y a herir al partido del poder: querrá colocar sus hombres presidiéndolas todas, empezando por Vasconia. El sueño de los Tres Poderes, y el cuarto indeciso, y el de la España federal, va dejando paso al del Mando Único. Lo tuvimos 40 años: ¿por qué no ha de volver?

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