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El horno cerrado de la incineradora funcionará unos días 'en pruebas'

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid autorizó ayer al Ayuntamiento a poner en marcha el horno número 3 de la incineradora de Valdemingómez, cerrado desde el pasado 24 de enero tras detectarse que expulsó a la atmósfera 15 veces más dioxinas por metro cúbico de aire de lo permitido. El horno funcionará, desde hoy y 'en periodo de pruebas', durante seis o siete días, esto es, el tiempo necesario para alcanzar la temperatura óptima. Entonces, cuando se haya alcanzado esta temperatura, se recogerán muestras del aire expulsado y se volverá a cerrar. El análisis de estas muestras, cuyos resultados tardarán en conocerse entre 20 y 30 días, decidirá si el horno puede funcionar ya definitivamente o si, por el contrario, son necesarios nuevos arreglos. 'En un mes, más o menos, la incineradora podría volver a trabajar con toda normalidad', señaló ayer el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, del PP. El horno empezará a funcionar hoy con gasóleo y el domingo se alimentará ya de basuras.

El pasado 24 de enero, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad ordenó al Ayuntamiento cerrar el horno. Los resultados de los análisis de unas muestras recogidas el 12 de diciembre de 2000 demostraban que por la chimenea de este horno habían sido lanzados al aire ese día 1,4 nanogramos de dioxinas (sustancias tóxicas) por metro cúbico de aire. La ley permite sólo una proporción de 0,1 nanogramos por metro cúbico de aire.

Válvula atascada

Los técnicos del Ayuntamiento, al día siguiente de recibir la orden de cierre, comenzaron a investigar los mecanismos de la planta para descubrir el fallo. Tras examinar el horno polémico, los técnicos concluyeron que una válvula atascada había impedido que el carbón activo, que funciona como uno de los filtros de los humos, actuase convenientemente durante un periodo máximo de cuatro horas. La avería se subsanó el mismo 12 de diciembre, tras una inspección rutinaria de los técnicos de la incineradora.

El concejal madrileño de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, aseguró el pasado 2 de febrero, fecha en la que se hicieron públicos los resultados de la investigación, que nunca habían existido riesgos para la salud de los habitantes de la zona. De hecho, las dioxinas son dañinas para los seres humanos en porcentajes mil veces superiores a los 1,4 nanogramos por metro cúbico de aire. Ruiz-Gallardón insistió ayer en esa idea: 'En ningún momento hubo peligro para la salud', dijo.

De cualquier forma, a partir del fallo, el Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha alguna medida más de seguridad: los análisis de dioxinas, que antes se llevaban a cabo cada tres meses, se efectúan ahora semanalmente. También se ha instalado un sistema automático que avisa de las averías del filtro de carbón activo.

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