Puig admite que la Generalitat busca otra ubicación para la central de Enron

La empresa norteamericana Enron considera la posibilidad de instalar su central eléctrica en la comarca del Baix Llobregat o en Vandellòs (Baix Camp) como alternativas a Móra la Nova. El conseller en cap de la Generalitat, Artur Mas, ha convocado para el próximo viernes en el Palau de la Generalitat, a 70 cargos representativos de los municipios de las Tierras del Ebro para analizar el modelo de crecimiento eonómico de la zona y conocer a fondo sus quejas sobre el intento de Enron de construir una central de ciclo combinado en Móra la Nova, con una inversión de 100.000 millones de pesetas. Mas tiene intención de capitalizar políticamente la reunión y podría anunciar la retirada definitiva del proyecto de Móra. Con todo, Enron se mostró ayer dispuesta oficialmente a salvar su inversión en Móra y admitió que está dispuesta a reducir a la mitad el tamaño de su futura central y a minimizar el impacto ambiental en la zona. En cualquier caso, la multinacional es consciente de que su primer proyecto es ya muy difícil y se muestra receptiva a barajar otras alternativas. Si finalmente se decidiera por el Baix Llobregat, Enron instalaría menor capacidad, aunque podría obtener mayor rendimiento dada su proximidad a Barcelona, que concentra el 50% del consumo eléctrico de Cataluña.El consejero de Medio Ambiente de la Generalitat, Felip Puig, admitió ayer ayer que el Gobierno catalán revisará el proyecto de Enron en Móra la Nova y estudiará otro emplazamiento. En declaraciones a la emisora Ona Catalana, Puig confirmó que se barajan otras alternativas (Ver EL PAÍS del ). 'Hay criterios de desarrollo de las Tierras del Ebro que nos pueden hacer revisar el proyecto de la térmica de Móra la Nova y que hacen que nos planteemos su ubicación en otro emplazamiento', dijo Puig.

Altos cargos de la administración catalana, consultados por la agencia Efe dieron la inversión por perdida, a pesar de que la propia Generalitat estima que para cubrir las futuras necesidades energéticas de Cataluña, derivadas de su crecimiento económico, hacen falta nuevas centrales de generación eléctrica, y que las de ciclo combinado son las menos contaminantes 'mucho menos que las térmicas o las nucleares'. Pese a este imperativo industrial, CiU es consciente de que el rechazo social al proyecto de Enron le puede suponer a la coalición un coste electoral en Tarragona en las próximas elecciones autonómicas, especialmente en un momento en que la zona se ve afectada por otros proyectos, como el Plan Hidrológico Nacional.

Pese a que el proyecto de Mora está casi descartado, la propia Enron anunció ayer su intención de aprovechar la moratoria aplicada por la Generalitat a la construcción de la central para dialogar con los colectivos de ecologistas y agricultores que se oponen a la central eléctrica de Móra la Nova. La compañía aseguró que se toma 'muy en serio' su responsabilidad medioambiental;y aseguró que estar dispuesta a escuchar las inquietudes de los grupos que se oponen y explicar 'los detalles del proyecto a los ciudadanos y a las partes interesadas'.

El proyecto de Móra no el único de Enron paralizado en Cataluña por la oposición de los grupos ecologistas. La empresa norteamericana ha corrido ya igual suerte en la construcción de un parque eólico en la misma zona de Tarragona y en el que el grupo energético tenía previsto invertir 20.000 millones de pesetas.

Enron se siente 'discriminada' por la Generalitat, sobre todo en comparación con otras zonas de España, ya que este mismo grupo estadounidense ha recibido la autorización administrativa para la puesta en marcha de una planta de ciclo combinado en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera, con una inversión de 80.000 millones de pesetas.

Mientas tanto, las reacciones contra el proyecto tomaron ayer nuevos bríos. El portavoz de Iniciativa-Verds, Joan Saura, que se desplazó a las Tierras del Ebro, aseguró que Enron no construirá su central en Móra la Nova, por falta de apoyo de CiU sometida a una clara debilidad parlamentaria.

Por su parte, el portavoz de la plataforma de la Ribera d'Ebre, Ramón Roig, definió las palabras del consejero Felip Puig como muy positivas, dado que 'no se puede despreciar a la cantidad de gente que han acudido a las asambleas o la gran manifestación del cuatro de febrero'. Roig explicó que la voluntad de la población es 'que la térmica no se haga aquí'.

Mas escoge con quién hablar

Roig avanzó que acudirán a la reunión que Artur Mas ha convocado con diferentes representantes sociales y económicos de la zona, aunque tenían previsto reunirse por la noche para debatir 'cómo se va a una reunión a la que Mas ha escogido con quién quiere hablar'. Roig explicó que a la convocatoria no se ha llamado a los alcaldes de Tivissa o Miravet, que fueron los que informaron a la población en primer lugar del proyecto de la norteamericana.

En la misma línea, diversos alcaldes de la zona, entre los que destacan los de Tortosa, Flix o Gandesa, se reunirán hoy mismo en la capital de la Terra Alta para evidenciar su malestar por no haber sido convocados a la reunión de Mas anunciada para debatir el papel de la industria, la agricultura y los servicios en el modelo de crecimiento económico de la zona. Los miembros de la plataforma de las Tierras del Ebro, convocados a la misma reunión, han solicitado al conseller en cap una reunión previa para tratar por separado el impacto ambiental.