Más valor al documental
El cine documental, desde el punto de vista de su realización, tiene su lenguaje específico. Cintas documentales están registradas en la historia del cine por su valor universal y artístico. El cine documental registra la realidad, ahonda en la historia, descubre contradicciones, plantea inquietudes y ningún tema le es ajeno.
Le sugiero, pues, a la Academia de Cine de España que tome en cuenta estos aspectos y muchos otros para que revalorice este género cinematográfico y le rinda justicia como se merece.
No existen los Premios Goya específicamente dedicados al cine documental de cortometraje y al de largometraje.
¿Por qué excelentes películas como Calle 54 y La espalda del mundo tienen que competir con filmes de ficción en los Premios Goya? ¿No era justo acaso que ambas compitieran por el Premio Goya al Mejor Documental de Largometraje?
¿Por qué los documentales de cortometraje tienen que competir con los cortos de ficción? ¿Por qué esa discriminación e injusticia con ese género?
Esto no es nuevo; los que amamos el cine documental vimos también cómo pasó lo mismo con el magnífico documental Asaltar los cielos. Ahora no nos extraña que volverá a ocurrir con Extranjeros de sí mismos.
El cine documental ha sido injustamente relegado a la televisión y se ve como un material de relleno en España.
En otros lugares del mundo, donde se han desarrollado otros hábitos culturales y apreciaciones cinematográficas, como en Suiza, por ejemplo, el público espectador asiste a salas comerciales a ver documentales de largometraje que reflejan historias humanas con mucho interés y éxito.
Con esta modesta llamada de atención pretendo que la Academia de Cine reconozca esa labor, ese género, estimule su creación y reconozca los valores cinematográficos, sociales, culturales y humanos que encierra el cine documental.-
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