Mejor solos

Fue raro. Un pleno raro el de ayer. La mitad de los bancos, la de PSOE-Progresistas e IU, vacía. La otra mitad, la del PP, a tope. Aplaudiéndose a sí mismos como el que no necesita a nadie. Tan ricamente. Ya lo escribió el poeta Carlos Marzal: 'Sólo el orgullo nos mantiene en pie / y el miedo a empeorar en adelante'.

El orgullo andaba por los pasillos y los escaños. Y el miedo. A empeorar, que siempre se puede. Rara sesión la de ayer. El PP se preguntaba y el PP se contestaba. Y el PP se aplaudía. Solo. Con su orgullo, a lo mejor. A lo mejor, con su miedo. Incluso aprobaron, en ausencia, una iniciativa del PSOE. Para que luego digan.

Solo. En las tribunas de invitados, nadie. Ni un alma. Había dado el presidente de la Cámara, Jesús Pedroche, instrucciones precisas: sólo cinco invitados por grupo. Qué desperdicio de tribuna. Ya ves: 120 asientos para nadie. El pueblo soberano que vota para las instituciones no puede entrar en ellas más que de cinco en cinco y -se supone- en fila de a uno. Ayer iba un colegio de formación de adultos invitado por IU. Eran 25. Les llamaron: 'Sólo pueden venir cinco'.

Luego Pedroche pidió perdón. Pero no a esos invitados. El presidente pidió disculpas a otros, a aquéllos que habían sido citados por diputados o grupos para otros asuntos. Al entrar se les decía que abandonaran el edificio antes de que empezara el pleno. Parecía un pleno secreto. Qué cosas.

El alcalde de Pinto, a quien las órdenes le habían pillado dentro, dijo que él no se iba. Y a unos representantes del Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid les hubieron de ir a buscar a la puerta. Por si ponían en peligro la Asamblea.

Luego Pedroche pidió perdón. Se habían interpretado mal sus órdenes. Esas órdenes que también afectaban a periodistas: a algunos se les impidió la entrada. Y a todos se les exigió el carné a la vista. Sólo el buen hacer del personal de los servicios informativos evitó mayores bochornos.

Qué pleno más raro el de ayer. El orgullo es muy malo, aunque mantenga en pie.