Un sector del laborismo se escindirá si hay pacto de unidad

Nueve diputados del Partido Laborista, encabezados por el ministro de Justicia, Yossi Beilin, amenazaron ayer con escindirse de la organización política si ésta se une a Ariel Sharon y forma con los nacionalistas del Likud un Gobierno de unidad nacional. Los diputados rebeldes aseguran que, en el caso de que el partido acepte colaborar con Sharon, formarán una nueva plataforma política que se unirá al laico Meretz y en la que podrían colaborar asimismo diversos parlamentarios del Partido de Centro, en fase de disolución, con un objetivo claro: impulsar el proceso de paz.

Las amenazas no parecen hacer mella en los sectores pactistas del laborismo, encabezados por el ministro de Cooperación Regional, Simón Peres, que insisten en la necesidad de que el partido integre la coalición con el Likud, del que tratan de conseguir al menos ocho ministros; entre ellos, el de Defensa y el de Exteriores.

Las negociaciones entre el Likud y los laboristas se iniciaron ayer por la noche y podrían prolongarse durante 10 días, aunque Ariel Sharon tiene un plazo de 45 para formar su coalición y constituir el nuevo Gobierno. Las negociaciones para la formación del Gobierno de unidad nacional constituyen un elemento más de conflictividad interna para el Partido Laborista, que tiene que designar en los próximos meses un sucesor de Ehud Barak, quien anunció el pasado martes por la noche la dimisión de todos sus cargos políticos, incluidos los referentes al partido.

La carrera por el control del laborismo israelí ha enfrentado a varios barones, especialmente a Haim Ramón, con Abraham Burg, por lo que parece crecer cada vez más la alternativa de Simón Peres como sustituto interino de Barak. La idea no parece agradar del todo al actual ministro de Cooperación Regional, quien, a sus 77 años, aspira a conducir el partido de manera efectiva, no sólo provisionalmente, quizá con la esperanza de volver a medir sus fuerzas con el líder nacionalista Benjamín Netanyahu.