CRUISE Y KIDMAN, PROBLEMAS RELIGIOSOS

Los amigos y agentes publicitarios de Nicole Kidman y Tom Cruise, la pareja de actores que ha decidido divorciarse tras 10 años de matrimonio, juran que el trabajo y la distancia son los culpables de la ruptura. Otros conocidos suyos sugieren razones algo más íntimas. Cruise, devoto seguidor de la Iglesia de la Cienciología, habría tratado de convencer a su esposa de que acudiera a un consejero matrimonial de dicha organización. Según sus creencias, millones de seres de otros planetas fueron masacrados en la Tierra en el pasado y causan ahora los males del mundo. A la actriz, de formación católica, no le habría gustado nada la creciente influencia ejercida por la cienciología en Cruise y habría tirado la toalla. Dicha explicación encajaría en el concepto de 'diferencias irreconciliables' citado en la petición de divorcio. Donde no parece que vayan a tener problemas es en el reparto de sus bienes. La firma de un contrato prenupcial allanará el camino para adjudicar las casas de Manhattan, Los Ángeles, Londres, Montecarlo y Sydney que comparte la pareja. La custodia de sus dos hijos adoptivos -Connor, de seis años, e Isabella, de ocho- nunca ha sido discutida y la compartirán. En cuanto a sus respectivas carreras, Cruise seguirá filmando en Estados Unidos, mientras Kidman se prepara para encarnar a una esposa frustrada en el Teatro Nacional de Londres según la obra de Ibsen The lady from the sea.-