Brutalización
Manuel Martí en Historicismo, prensa y opinión publicada (EL PAÍS, 2-2001) vierte descalificaciones tan abundantes como infundadas sobre mí y alguno de mis amigos que no nombra. Es una sorpresa que EL PAÍS dé tanto espacio a un escrito que no pretende sino sembrar una desconfianza tan global hacia las personas que comporte la hipoteca futura de cualquier argumento que éstas puedan ofrecer. Hay algo insano en todo esto: empezamos por Alejandro VI, pasaron a Jünger de forma alambicada, para llegar al mero insulto. Es desolador que un diario culto y razonable como EL PAÍS se preste a ello. No atino a adivinar las razones, pues las que se me ocurren prefiero desecharlas, así como el espacio que me correspondería en ese diario para replicarle. Obviamente, en lo que escribe Manuel Martí no hay nada que discutir, así que no consideraré su oferta de debatir sobre la más absoluta nada. Con todo, le reto a que encuentre una sola vez la expresión 'conjura de necios nacionalistas', que me atribuye, en cualquier artículo o libro que yo haya escrito. No hay duda de que la necedad anda tan repartida que no es patrimonio de ninguna ideología.-
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