Muerte en comisaría
La familia de un joven de Badalona se querella contra los policías que le custodiaban y el médico que le atendió
Antonio Cordero, de 22 años, murió en los calabozos de la comisaría de Badalona el pasado mes de mayo a causa de un brote asmático. Un juzgado de esa ciudad abrió diligencias y la familia designó una abogada para aclarar las causas del fallecimiento, pero varios meses de investigación judicial han servido para muy poco.
La abogada, Angelina Huríos, asegura que en ese tiempo sólo ha encontrado impedimentos de la juez encargada del caso. Por eso, la familia decidió ayer dar un paso más y presentó una querella criminal contra los policías que custodiaron al jóven y contra el médico que lo atendió en el hospital de Badalona y que le dio de alta una hora después. La querella les acusa de un supuesto delito de homicidio por imprudencia y está apoyada por un informe en el que el médico Ignasi Fina concluye que la muerte del detenido se produjo porque 'hubo una falta de atención y no se adoptaron las medidas necesarias para evitar las consecuencias de la crisis asmática'.
La juez del caso ha denegado varias pruebas para aclarar las causas del fallecimiento
Este médico, que estuvo presente en la autopsia del joven, asegura que el factor psicológico es determinante en los enfermos de asma, por lo que la detención en los calabozos de comisaría agravó de forma dramática los efectos de la enfermedad. 'Ese chico tendría que haberse quedado en el hospital y no haber sido devuelto a comisaría', afirma el médico.
Un portavoz de la policía defendió ayer la actuación de los agentes. 'Hicieron lo que tenían que hacer. Ni más ni menos. No se le puede pedir a la policía que también haga de médico', afirmó el portavoz. 'Y la justicia dará la razón a quien la tenga', añadió.
Hasta ahora, sin embargo, la justicia no se ha mostrado demasiado favorable a los intereses de la familia. Angelina Huríos, del Col.lectiu Ronda, explicó ayer que la magistrada del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 3 de Badalona les ha venido denegando en estos meses numerosas pruebas para aclarar los hechos. El ejemplo más claro, en su opinión, se produjo cuando los forenses fueron al juzgado a ratificar el informe de la autopsia y la juez no consideró pertinente que se les preguntara si la muerte del detenido se produjo por asfixia, de forma repentina y por falta de atención médica. Ahora la querella se unirá a las diligencias que ya están abiertas, y si la juez persiste en lo que la familia considera 'clara indefensión', no descarta emprender otras acciones contra la magistrada.
Antonio Cordero fue detenido en la madrugada del 11 de mayo de 2000 junto a dos amigos acusado del robo de un vehículo. Cuando su madre fue avisada, acudió a la comisaría de Badalona para advertir que su hijo seguía un tratamiento por bronquitis crónica y que los medicamentos que ella llevaba eran imprescindibles para su salud. La familia sospecha que esos medicamentos jamás fueron suministrados al detenido. Unas horas después, empeoró su estado de salud. A los calabozos acudió un médico, quien diagnosticó una sobredosis de droga y le administró noxolona. Pero tampoco sirvió de mucho y el joven perdió el conocimiento, por lo que fue trasladado al Hospital Municipal de Badalona sobre las siete de la mañana del mismo día. Una hora después fue dado de alta.
Los familiares regresaron de nuevo a comisaría, volvieron a facilitar a la policía la medicación y recordaron que el detenido debía llevar siempre encima un inhalador para afrontar un brote de asma. A la mañana siguiente, el detenido apareció muerto en el calabozo. La madre y su novia lo supieron horas después de acudir a comisaría, donde les habían dicho que el arrestado aún tenía que declarar ante el juez, a pesar de que ya estaba muerto.
La novia y la hermana de Cordero no pudieron ayer aguantar las lágrimas al anunciar la presentación de la querella. 'Nos han quitado una parte de nuestra vida', afirmaron. La familia tiene el apoyo de varias entidades sociales de Badalona, que han creado una plataforma para ello. 'Ni una sobredosis de droga ni un brote de asma pueden tratarse en comisaría. El enfermo, esté detenido o no, debe ir al hospital y quedarse hasta que se recupere', opina el doctor Fina.
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