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Reportaje:Nuevas tecnologías

OBJETIVO: LIMPIAR INTERNET

Pablo Ximénez de Sandoval

Los contenidos ilegales en la Red son el problema más difícil de atacar por parte de los Estados. La Unión Europea ha dado esta semana un paso más para acabar con la pornografía infantil o la propaganda racista.

El acceso libre a contenidos ilícitos en Internet se ha convertido en uno de los problemas fundamentales de los Gobiernos a la hora de regular su uso. Todo el mundo coincide en la necesidad de fomentar el desarrollo de Internet y las nuevas tecnologías, y generalizar su uso para el comercio y las comunicaciones. La premisa de Internet para todos domina las políticas europeas de difusión de la red. Pero una de las primeras alarmas que surgen en este proceso es cómo hacer compatible ese desarrollo con el aumento exponencial de los contenidos de pornografía, armas, racismo o drogas ilegales. Esta semana, la Comisión Europea ha recogido esta preocupación en un comunicado en el que destacaba la necesidad de 'mejorar la seguridad de las infraestructuras de información y lucha contra la delincuencia informática'. Concretamente, opina 'que existe una clara necesidad de un instrumento de la UE que garantice que los Estados miembros dispongan de sanciones efectivas para luchar contra la pornografía infantil en Internet'.

Per Haugaard, portavoz de la Comisión en el área de la Sociedad de la Información, lo resume así: 'por el mero hecho de que estés on line, no significa que las leyes off line no te afecten'. 'Lo que tratamos de conseguir es que se reconozca por parte de todos la necesidad de controlar esos contenidos. Lo único que hay es un acuerdo generalizado de que estas prácticas deben ser combatidas a nivel internacional'. 'Recientemente, en Davos, se dejó claro que mientras Internet sirva de plataforma a este tipo de actividades, será un impedimento importante para crear confianza entre los usuarios y, por tanto, está lastrando el desarrollo del comercio electrónico. Las grandes empresas, como Yahoo! o eBay, deben ser las principales interesadas en no ofrecer material ilegal', aclara Haugaard.

Es decir, que hoy por hoy la única manera de limitar los contenidos de manera efectiva es la autocensura, tanto de servidores como de usuarios. Y lo único que se puede hacer a nivel internacional es fomentar la conciencia necesaria para que se generalize el uso de filtros. Hacerlo desde los Gobiernos, sería censura. La única realidad es que 'en los países europeos existe una preocupación, que es legítima y que debe ser respetada' en otros países. Sobre las medidas que hoy día se pueden tomar, Haugaard habla de 'reforzar la actuación policial conjunta' o 'agilizar la parte procesal, que es muy lenta, dada la impresionante velocidad a la que se mueve la tecnología'. Pero, de nuevo, 'la autodisciplina es fundamental, se deben utilizar filtros'. Aun así, otro problema es que 'hay que desarrollar mejores programas de filtrado de información'.

Como ejemplo, en EE UU, donde se ponen herramientas de filtrado en los servidores, 'muchos usuarios tienen un filtro para la palabra sex. Pues bien, cuando el caso Lewinsky, en el que todo el mundo estaba esperando leer la declaración de Clinton ante el Gran Jurado, en el texto aparecía la palabra sex cuando le preguntaban por sus relaciones con la becaria, y miles de americanos se quedaron sin poder ver el texto en primicia por la CNN en Internet'. Cuenta la anécdota Joaquim Roses, presidente de la Asociación Abogados en Internet, para quien 'concretamente con la pornografía infantil no puede haber tibiezas. Yo creo que ver porno es cuestión de gustos, pero en el caso de los niños hay un componente de abuso. Eso es un delito inequívoco, para cualquiera, esté donde esté'.

Pero si está en ciertas islas del Pacífico o en algunos países asiáticos, lo que en Europa es un delito inequívoco puede ser simple pornografía. 'Tendría que haber una armonización de legislaciones y mayor cooperación internacional para aislar a estos países', sentencia Carlos Sánchez Almeida, abogado especialista en la red. Pero, ¿se puede actuar contra el país? 'Se puede actuar contra los grandes proveedores y, sobre todo, contra el que hace la foto, que incurre en un delito de abusos', pero según la legislación de cada país.

Es el problema clave al que se enfrentan los Gobiernos para aplicar la ley real al mundo virtual: 'que son materias penales, y por ahora, eso va a seguir estando dentro de las competencias de cada país', como explica Paloma Llaneza, abogada especialista en legislación de las nuevas tecnologías. Por ahora, el único instrumento jurídico comunitario para hacer frente a este tipo de contenidos es una decisión del Consejo de la Unión en el que, 'consciente de que el abuso sexual de los niños puede representar una modalidad importante de la delincuencia organizada, cuya envergadura en la Unión Europea suscita cada vez mayor preocupación', decide que los Estados miembros deben intensificar los contactos con los dueños de servidores para que cooperen y facilitar lo más posible las denuncias por parte de los usuarios, además de tener unidades de policía específicas. El resto, no está en sus manos.

'El principal problema es que no se puede imponer una policía común, y en ese sentido es bueno que se espere, que se trabaje con toda la cautela posible, porque Internet está al principio de su desarrollo. Todavía no se sabe cómo va a ser en el futuro, por eso no se puede regular tal y como está ahora', explica Llaneza. A la velocidad que se desarrolla, la realidad superaría a la ley en cuestión de horas.

El caso más reciente de impotencia de un Estado frente a Internet acabó en tablas. El portal genérico Yahoo!, que en su sección de subastas no establecía ningún tipo de límite para los objetos que los usuarios quieran exponer, se encontró con una denuncia en Francia por vender material nazi, algo prohibido expresamente por la legislación francesa. Si bien el juez consiguió cerrar el sitio de subastas de la versión francesa del portal (Yahoo.fr), se encontró con que no podía evitar que los franceses entraran a través de Yahoo.com a esos mismos contenidos. Actualmente, desde EE UU está restringido el acceso de los usuarios franceses a la página americana pero, aun así, cualquiera que busque en www.yahoo.fr referencias con las palabras Mein Kampf tiene acceso directo a más de 600 sitios web. 'Francia estaba aplicando un castigo fuera de su territorio nacional', explica Llaneza. 'Al final, el caso se reduce a que un país como Francia, por razones históricas evidentes, tiene una sensibilidad muy arraigada frente a la propaganda nazi, mientras que EE UU es más permisivo. Es decir, a la hora de delimitar hasta dónde puede actuar la justicia en Internet, la pregunta es ¿hasta qué punto puede un país imponer su sensibilidad a otro?'. La pregunta es más dramática si se formula así: ¿hasta qué punto puede España, Alemania o la UE decirle a Tailandia o a las islas Tobago que comerciar con fotos de violaciones de niñas pequeñas es un delito?

Sólo hasta la frontera

En la Unidad Central de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional están acostumbrados a que la lentitud de los medios tradicionales les deje a medias en muchas investigaciones. Cuando reciben una denuncia, el primer problema con el que se encuentran es que muchos servidores no guardan el registro de accesos de sus usuarios. Es decir, no se puede demostrar que alguien haya accedido a una página, mandado un email o comprado por Internet, porque el servidor a través del que lo ha hecho no lo ha registrado. La razón es, simplemente, que no están obligados a ello. Algunos llegan a guardar esta información hasta una semana, 'pero ni siquiera es suficiente para conseguir el permiso judicial para inetrvenir'. En caso de que el servidor estuviera en España, hubiera guardado esos datos, y estos fueran conclusivos, el juez puede cerrar la página, pero sólo el trámite ya es más lento que lo que se tarda en hacer una copia en un servidor cualquiera extranjero. Entonces, hay que comunicarlo a la Interpol, y su persecución o no dependerá de lo que se considere delito en el país donde esté la página. Y en ese terreno, hay desde países que consideran que un desnudo que tan sólo tenga 'apariencia de menor' ya es pornografía infantil, hasta países donde un grupo de niñas pequeñas desnudas no son pornografía infantil a no ser que estén haciendo algo vejatorio. Las diferencias son aún mayores si hablamos de xenofobia, propaganda nazi, venta de armas o tráfico de drogas. Es decir, la Policía de cada país sólo puede llegar hasta su frontera en la persecución de contenidos ilícitos en Internet. A partir de ahí, tan sólo pueden sentarse a mirar. En España, en cumplimiento de las recomendaciones de la UE, cualuier usuario puede denunciar contenidos ilegales en la Red en www.mir.es/policia/uiti o en el email delitos.tecnologicos@policia.es

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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