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Reportaje:

La resaca del 'Requiem' de Verdi

La Diputación de Guipúzcoa homenajea al Orfeón Donostiarra por su gran éxito en Berlín

Maribel Marín Yarza

El presidente del Orfeón Donostiarra, José María Echarri, utilizó ayer un símil, cuando menos poco factible, para agradecer la calurosa bienvenida dispensada por la Diputación foral de Guipúzcoa, tras las actuaciones del coro en Berlín los pasados 25 y 27 de enero. 'Cuando la Real Sociedad gana una final ofrece el triunfo a las instituciones. En este caso es al revés', dijo.

Hoy por hoy, el Orfeón Donostiarra representa también la otra cara de la moneda guipuzcoana en sus resultados profesionales. Interpretar el Requiem de Verdi junto a la Filarmónica de Berlín y el coro de la Radio Sueca bajo la dirección del maestro Claudio Abbado, y precisamente el mismo día en que se conmemoraba el centenario de la muerte del compositor italiano, suponía un gran reto del que la agrupación ha salido airosa. El director del Orfeón Donostiarra, José Antonio Sainz Alfaro, apuntaba aún más lejos: 'Hemos tenido una suerte inmensa. Porque un coro de una ciudad tan pequeña como San Sebastián ha tenido la oportunidad de actuar en una de las mecas de la música el mismo día en que se celebraban cientos de reconocimientos a Verdi en todo el mundo'.

El Orfeón recompensó además la confianza depositada en él, a tenor de la reacción del público, que ovacionó su actuación durante 15 minutos. Los aplausos no se prolongaron durante más tiempo, indicó Sainz Alfaro, porque los responsables del auditorio optaron por apagar las luces para invitar a la audiencia a abandonar la sala. Su interpretación gustó y mucho. Tanto que Claudio Abbado cursó una invitación al coro para actuar de nuevo en Berlín en marzo. Pero los problemas de agenda harán imposible su presencia en la capital alemana.

A su regreso a casa, los orfeonistas se encontraron ayer con el reconocimiento institucional de la Diputación foral de Guipúzcoa. Su máximo representante, Román Sudupe, y el titular de Cultura, Luis Bandrés, entregaron a los responsables del coro una bandeja decorada con la imagen del Palacio foral en señal de reconocimiento. Sudupe felicitó al coro, ensalzó su espíritu participativo y se excusó por no haber asistido a su actuación en Berlín. Tuvo que regresar de la capital alemana 'por las desgraciadas circunstancias políticas del país'; en este caso, por el atentado de ETA que el pasado viernes costó la vida al cocinero Ramón Díaz García.

La recepción oficial, en la que participaron una veintena de orfeonistas, sirvió también para que Echarri reconociera en público la labor de los integrantes del coro. 'El Orfeón debe su éxito y sus 104 años de existencia a la labor, el derroche de sacrificio y la entrega de todos sus componentes', señaló. 'No se tiene en cuenta que no estuvieron [en Berlín] de vacaciones pagadas, sino sin cobrar ni laboral ni familiarmente'. Pero a los orfeonistas les compensa. 'Merece la pena, sin duda, coincidían todos. 'Nos sentimos absolutamente privilegiados por haber tenido la oportunidad de actuar en Berlín'.

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