El Barça se lleva un 'derby' loco
El Espanyol, diezmado, rozó el empate en un partido con cuatro palos y muchas jugadas polémicas
El Barça, como casi siempre, acabó llevándose el derby más extraño de los últimos tiempos. La rareza estuvo en que lo empezó como quien no quiere la cosa, con el Espanyol reincidiendo en sus tendencias suicidas en este tipo de encuentros y con el Barça explotando el filón que tiene en Rivaldo, acabó con palos y ocasiones por doquier, pseudopenaltis y jugadas confusas. Y para completar el cuadro, con el Espanyol jugando mejor con diez que con once. Justo lo contrario de lo que le sucedió al Barça. Muy raro pero al fin y al cabo una buena representación de la indefinición y cierto desquiciamiento que marca el devenir de los dos clubes catalanes durante los últimos tiempos.
La flojera que ablanda al Espanyol cada vez que se las tiene con el Barça es palmaria. Se repite un día sí y otro también, ya sea en Liga, ya sea en Copa. Ayer se plasmó tan rápido y tan fácil que pareció dejar el partido resuelto en un plis plas. Los detalles marcan la diferencia. Pero son detalles de brocha gorda los que pierden al Espanyol. De esos que provocan la bronca y el reproche del banquillo propio y hasta el desquiciamiento. Y también una inevitable tendencia a sumirse en la desesperación y en la impotencia. Cinco detalles. La defensa del Espanyol concedió tres faltas al borde del área en los doce primeros. Argensó se empleó a fondo en el primer envió de Rivaldo, la barrera neutralizó el tiro de Xavi y por el boquete que dejaron en la barrera entre Sergio y Toni Velamazán llegó el primer gol. No había pasado un cuarto de hora y el Barça ya podía tomar aire e ir tirando y aflojando el hilo a conveniencia. El cuarto detalle, una tarjeta a Rotchen nada más empezar, no cobró su catastrófica dimensión para el Espanyol hasta que el central argentino no reincidió y así provocó su expulsión.
ESPANYOL 1|BARCELONA 2
Espanyol: Argensó; Cristóbal (Navas, m. 66), Rotchen, Soldevilla, Toledo; Toni Velamazán (Morales, m. 76), Sergio, Galca, Roger; Posse (Òscar, m. 57); y Tamudo. Barcelona: Reina; Gabri, Abelardo, Cocu, Sergi; Xavi, Petit (Guardiola, m. 66); Luis Enrique (Gerard, m. 76), Rivaldo, Overmars; y Alfonso (Dani, m. 76). Goles: 0-1. M. 12. Rivaldo lanza una falta desde la frontal que se cuela por el hueco dejado por dos jugadores de la barrera, bota en el área y sorprende a Argensó junto a su poste. 0-2. M. 41. Alfonso tira seco y raso desde unos 18 metros, el balón da en el palo rebota en Argensó y se cuela por alto. 1-2. M. 58. Error de Abelardo, Tamudo corta con el brazo y bate por bajo a Reina. Árbitro: Carmona Méndez. Mostró dos tarjetas amarillas a Rotchen, por lo que lo expulsó en el minuto 35. Amonestó a Luis Enrique, Petit, Soldevilla, Òscar, Toni Velamazán y Gabri. Estadio Olímpico de Montjuïc. Unos 20.000 espectadores.
Al Espanyol le costó imponer la autoridad en la zona en que mayores posibilidades se le daban. Serra Ferrer dispuso un equipo que presionó sobre la medular blanquiazul con Petit sobre Sergio, con Xavi sobre Posee, con Gabri sobre Roger, con Sergi sobre Toni y dejando que Cocu, impecable como acostumbra, se las viera con Tamudo, el único jugador en punta del Espanyol.
Para cuando empezó a carburar su línea de centrocampistas, el Espanyol ya perdía por 0-1. Y el Barça ya había logrado imponer un ritmo sabrosón y ventajista. Apenas sufría desgaste en combinaciones sin riesgo. Y cuando tenía la menor oportunidad le metía un balón a Rivaldo, al que nadie marcó en exclusiva aunque se las tuvo que ver mayormente con Soldevilla, para poner en jaque a Argensó. Y así llegó el segundo gol de Alfonso, que pudo dejarlo todo visto para sentencia a un suspiro del descanso cuando envió otro remate de cabeza al palo. Era el primer palo de una larguísima serie. El 0-3 volvió a estar a punto de llegar nada más arrancar el segundo tiempo en una de las más bellas jugadas con un envío en diagonal de Xavi sobre Rivaldo, centro templado del brasileño y remate inexplicablemente al travesaño de Luis Enrique y con la duda sobre si el balón, en el bote sobre la línea, acabó entrando. El Espanyol se decidió a quemar sus naves de manera definitiva. El arreón se lo dieron al unísono un error de Abelardo, la picardía de Tamudo que interceptó con el brazo y el error del árbitro que no vio cómo se gestó el tanto blanquiazul. A partir de ese momento el Barça no consiguió enfriar el partido, por más que actuara en superioridad numérica y por más que Guardiola y Gerard aparecieran para marcar la línea en el centro del campo. Sergio y Toni impusieron su jerarquía en esa zona. Tamudo envió una asistencia del primero al travesaño y Toledo cabeceó un centro del segundo al palo. Bien es cierto que Argensó, con el cuerpo o con el pie la mayor parte de las veces, desbarató media docena de tiros de los delanteros azulgrana, pero el Barça acabó sufriendo para no ceder el empate.
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