Derrota intrascendente ante Croacia
España, campeona del Grupo C, se enfrentará a Noruega en los octavos de final
España ha llegado a los octavos de final del Campeonato del Mundo de balonmano más fresca que nunca. Ayer, asegurado su primer puesto en el Grupo C, se permitió el lujo de jugar contra Croacia en la última ronda de la primera fase sin cuatro jugadores fundamentales. Así, su primera parte, desastrosa, la llevó a una derrota que sólo contará para los archivos. La selección de César Argilés se enfrentará el miércoles, en Toulouse, a Noruega en los octavos de final.
La jornada fue de trámite para España gracias a Corea del Sur, que se impuso en la víspera a Croacia por 38-33 -el surcoreano Yoon marcó 17 goles y estableción el récord de los Mundiales-. Ese resultado la colocó en una situación inaudita y envidiable: clasificada como primera de grupo tras dos partidos de esfuerzo moderado, contra Corea y Alemania, y dos entrenamientos con himno, frente a Groenlandia y Estados Unidos.
A ello se añaden ahora dos días de asueto, que garantizan la frescura del equipo cuando juegue contra Noruega. Sin embargo, Argilés quiso eliminar todo riesgo de lesión en sus hombres básicos y dio descanso a Barrufet, Duishebáiev, Xepkin y Masip.
Con bajas tan importantes en su rival, los croatas se convirtieron en los favoritos del partido de ayer a pesar de que forman una selección mediocre si se compara con la que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. Además, Croacia necesitaba ganar para evitar a Rusia, oro en Sydney, en los octavos.
Con todo, los españoles jugaron rematadamente mal en la primera parte, muy por debajo de su nivel habitual. Especialmente, Entrerríos, quien lo había hecho muy bien en anteriores partidos, y Davis, cuyas excelentes prestaciones con el Valladolid en la Liga Asobal no encajan con su desacierto de ayer. Los fallos de ambos tuvieron mucho que ver en el 0-4 en el minuto 8. Y, como los demás no lo hacían mucho mejor, Croacia se fue al descanso con siete goles de ventaja.
La segunda mitad fue distinta. Heridos en su amor propio, los españoles apretaron tanto en la defensa como en el ataque. Entrerríos dio muestras de lo que se espera de él y Ugalde lo hizo mucho mejor que Davis en el extremo izquierdo. Los croatas llegaron a ponerse nerviosos (17-19), pero la gran calidad del zurdo Métlicic -destinado a ser una estrella- y el buen tono de sus compañeros fueron suficiente para vivir de las rentas.
Argilés explicó así su alineación: 'He dado descanso a tres jugadores de 35, 34 y 32 años, además de a Barrufet, quien ayer hizo un partido magnífico. Ha sido interesante la prueba de Entrerríos como central. Era difícil mentalizar a los más jóvenes para que defendieran la camiseta nacional en un partido intranscendente. Cuando acabe el Mundial, más de uno deberá reflexionar sobre su actuación de hoy'.
A pesar de las bajas del lesionado Guijosa y el retirado Urdangarín y del cambio de seleccionador -Juan de Dios Román por Argilés-, los españoles han dado la sensación de que llegarán fácilmente hasta las semifinales, en París. Allí, si no hay sorpresas, se encontrarán con su eterna pesadilla, los maestros suecos, mientras los rusos y los franceses se disputarán la otra plaza en la final. Pero antes conviene pulir algunos defectos. El más preocupante es el bajo rendimiento del artillero Garralda, quien ayer tampoco estuvo tan fino como hace mes y medio, con el San Antonio de Pamplona. Es el único lateral zurdo; si no funciona, puede descompensar al equipo.
Sin embargo, otros elementos han estado mejor de lo que se esperaba. Especialmente, Ugalde, sustituto de Guijosa, excepcional como atacante en todos los partidos. Además de la habitual buena forma de Barrufet, hay otro dato esencial: a Duishebáiev se le ve más motivado que nunca, lo que hace que el pánico cunda entre sus adversarios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.