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Medio Ambiente instalará en Cabo de Gata una segunda barrera de arrecifes artificiales

Los resultados obtenidos tras la primera fase de instalación de arrecifes artificiales en aguas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, allá por 1993 y 1994, que permitieron la regeneración de 46 especies diferentes, han dado luz verde a un segundo programa. La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, anunció ayer en Rodalquilar la implantación de nuevos arrecifes que mantendrán un doblete en funciones: la recuperación y regeneración de los hábitats marinos y la erradicación de las prácticas no legales de pesca industrial, como el arrastre en fondos inferiores a 50 metros.

Los nuevos arrecifes de hormigón armado y cuya construcción, con un coste de casi 300 millones de pesetas se iniciará en breve, presentan una resistencia de 200 kilos por centímetro cuadrado. El nuevo proyecto posee como fines básicos la defensa de los hábitats marinos localizados en la Isleta del Moro y Los Escullos, que goza de protección de grado B, junto con la recuperación y regeneración de múltiples especies de interés conservacionista y pesquero en uno de los caladeros de los que se nutre la flota artesanal del espacio natural. Se pretende además, a través de la acción de 'defensa pasiva' pero permanente que supone la implantación de los bloques de hormigón, erradicar de este sector de las aguas del Parque Natural 'aquellas prácticas no legales de pesca como el arrastre en fondos inferiores a 50 metros'. 'En septiembre de 1993 y octubre de 1994 se instalaron tres arrecifes que han propiciado un incremento notable en la colonia de calamares, meros, besugos y salmonetes. En el caso de los besugos podemos asegurar que en cinco años han pasado de unos cinco centímetros de talla a más de 20', explicó el director general del Medio Natural, José Guirao.

Zona excepcional

La zona de instalación elegida presenta unas condiciones de excepcional desarrollo a pesar de la presión del arrastre procedente del puerto de Almería o Carboneras, con pradera de Posidonia extendida en ocasiones hasta los 28 metros de profundidad. El nuevo proyecto de arrecifes distribuirá sus elementos en tres polígonos diferenciados de 143, 102 y 278 hectáreas, respectivamente, con siete barreras de disuasión cada uno de ellos (cada barrera está compuesta por 387 elementos de elevado volumen aparente y número de huecos) para los fines de conservación que el programa persigue. En esta zona, además de la flota artesanal, actúan tanto los ilegales arrastreros como las embarcaciones de cerco que, durante los últimos años, han incrementado el número de lances en profundidades prohibidas para estos artes (menores de 35 metros).

Tal y como adelantó Guirao, las intenciones de la Consejería pasan por 'cubrir' unas 2.000 hectáreas con arrecifes (de las 12.000 que tiene el parque en la zona marítima) para preservar los fondos marinos. El plan, hasta el año 2006, llevará una inversión que ronda los 1.500 millones de pesetas. Los programas de seguimiento se encomendarán a los investigadores integrados en los equipos de la Universidad de Almería y el Aula del Mar de Cabo de Gata. Los objetivos de la actuación prevista pasan también, según Guirao, por 'contribuir a educar ambientalmente' a la sociedad y, en particular, a la población de pescadores del parque: 'Para que puedan evaluar las ventajas derivadas de la protección del medio marino'.

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