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Reportaje:

Capturados gracias a la televisión

Seguidores de un programa de la cadena Fox dieron las pistas para detener a los 7 reclusos que se fugaron en Tejas

Durante seis semanas la peripecia de los siete de Tejas, iniciada en los polvorientos caminos del sur del Estado de la estrella solitaria y culminada al pie de las nevadas sierras de Colorado, ha competido en las pantallas de los televisores estadounidenses con la transición en la Casa Blanca. Pero la televisión ha sido más que un testigo de este suceso genuinamente norteamericano: ha sido el instrumento decisivo en su final.

A un programa nacional de televisión, America´s Most Wanted, de la cadena Fox, dieron varios ciudadanos las pistas que terminaron permitiendo la captura en Colorado de los presos escapados el 13 diciembre de una prisión tejana de máxima seguridad. Y de no ser por la televisión el arresto de los dos últimos podría haber terminado en un baño de sangre. Patrick Murphy y Donald Newbery se rindieron ayer tras haber conseguido su objetivo de efectuar a la emisora local KKTV, afiliada a CNN, unas declaraciones contra el sistema carcelario tejano.

Cercados en la habitación de un Holiday Inn de Colorado Springs, Murphy y Newbery negociaron con la policía su entrega a cambio de una entrevista televisiva. En la entrevista, efectuada por teléfono por el periodista Eric Singer, Murphy, condenado a medio siglo de cárcel por violación, dijo: 'Espero que nuestra historia abra los ojos de alguna gente sobre los problemas del sistema penal tejano'. Newbery, condenado a 99 años por haberle robado a una mujer 86 dólares con una escopeta de cañones recortados, declaró: 'Si alguien tiene dos dedos de frente en Tejas, debería darse cuenta de que están castigando a chavales a no ver jamás la luz del día por delitos insignificantes. Los están condenando a ser cucarachas en una jaula'.

'El sistema', concluyó Newberry, 'es tan corrupto como nosotros'. Dicho esto, los dos salieron de la habitación, con el torso desnudo para demostrar que no iban armados, y se rindieron. En su cuarto fueron encontradas 2 escopetas y 10 pistolas, un arsenal que podría haber convertido la captura en una carnicería. Esa escena puso punto y final a una larga y masiva caza al hombre a lo estadounidense, una de esas donde participan cientos de funcionarios de decenas de cuerpos de policía, con recursos que van desde helicópteros a perros rastreadores, y a la que se apuntan los medios de comunicación.

Murphy y Newbery eran los últimos fugitivos en libertad del grupo de siete reclusos anglos e hispanos que, para bochorno del Estado gobernado hasta ahora por George Bush, se escaparon el 13 de diciembre de la prisión de máxima seguridad de John Conally, no lejos de San Antonio. Once días después, el grupo, con cientos de años de condena en total por delitos como homicidio, atraco y violación, mató de 11 disparos a un policía local que les sorprendió atracando una armería de Irving (Tejas). El revólver robado al funcionario de Irving fue encontrado ayer en el Jeep robado que utilizaban Murphy y Newbery, lo que llevó a la fiscalía de Tejas a anunciar que pedirá la pena de muerte para todo el grupo.

La policía cree que los siete permanecieron juntos hasta el pasado fin de semana, cuando, a través del programa America´s Most Wanted, varios ciudadanos dieron la pista de que los fugitivos estaban en Woodland Park, en Colorado. Allí fueron detenidos el lunes tres de ellos cuando compraban alimentos en un supermercado. Un cuarto se rindió en la autocaravana en la que vivía el grupo, y un quinto, según la versión policial, se suicidó de un disparo en el pecho.

Los siete de Tejas, según la primera reconstrucción policial, llegaron a finales de año a Colorado, donde alquilaron la autocaravana. Al dueño del aparcamiento de Woodland Park, donde la instalaron, y a los vecinos de la zona les contaron la increíble historia de que eran misioneros religiosos, en ruta desde Tejas a California. Por lo demás, su único disimulo era que se habían teñido el pelo. En la autocaravana la policía encontró más de una treintena de armas de fuego bien cargadas.

Cuando sus colegas fueron detenidos el lunes, Murphy y Newbury ya volaban por su cuenta, aunque no muy lejos. Un vecino de Colorado Springs, a 30 kilómetros de distancia de Woodland Park, dio el soplo de que estaban en el Holiday Inn local. El hotel fue cercado y el teniente Skip Arms, jefe de la policía de Colorado Springs, comenzó negociaciones telefónicas con los dos fugitivos que duraron cinco horas y se cerraron con un acuerdo: Murphy y Newbury se rendirían tras efectuar unas declaraciones a la emisora de televisión local KKTV.

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