ETA intenta asesinar con una bomba lapa a un subteniente del Ejército en Navarra

El subteniente José Luis Díaz Pareja salió ayer por la mañana de su domicilio, situado en las proximidades del lugar del atentado, e inspeccionó ocularmente los bajos de su vehículo antes de ponerlo en marcha para ir al trabajo.

Era noche cerrada, sobre las 7.35 horas. El coche, un Peugeot 405 de color negro matrícula de N-7331-AC, se encontraba aparcado en la vía pública, junto al portal número 8 de la calle Undiano. A escasa distancia se encuentra el colegio público de la localidad, por lo que el tránsito de peatones es abundante a esa hora.

El militar no observó nada raro en su coche. Arrancó el motor y comenzó a maniobrar, pero en ese instante escuchó un chasquido, algo parecido a 'un petardo fuerte', según explicó, seguido de una detonación que alertó al vecindario y comenzó a salir humo de los bajos del coche, donde el artefacto abrió un boquete.

El militar salió por su propio pie y se alejó del automóvil tras comprobar que sobre el asfalto había algunos elementos metálicos. Varias personas observaron desde sus casas cómo instantes después 'con una serenidad y sangre fría increíbles', según la declaración de una vecina, el subteniente regresaba sobre sus pasos, apagaba las luces del coche, lo cerraba y llamada al 091 desde su teléfono móvil. 'Incluso recogió del suelo con sus propias manos un fragmento metálico tras la explosión y lo entregó a los artificieros', indicó un vecino.

Los equipos de desactivación de explosivos de la Guardia Civil comprobaron que se trataba de una bomba lapa muy plana colocada en la parte central de los bajos del vehículo y camuflada entre el tubo de escape y la barra de transmisión, lo que impidió que el militar la viera en un primer momento. Los artificieros procedieron a neutralizar la bomba y la trasladaron a la comandancia de Pamplona para su análisis. El artefacto estaba compuesto por medio kilo de cloratita y tornillería como metralla, un detonador y un sistema de activación.

Al parecer, el chasquido que oyó el subteniente al poner en marcha el coche correspondió al momento en el que hizo explosión el detonador que debía activar la carga a través de una bola antimovimiento, si bien no llegó a dar 'suficiente potencia a la cloratita', explicó el delegado del Gobierno, José Carlos Iribas.

Díaz Pareja está destinado en la unidad de servicios (USAC) de logística del regimiento América 66, con base en el acuartelamiento militar de Aizoáin, al que también pertenecía el subteniente Francisco Casanova, asesinado por ETA de un tiro en la nuca en el garaje de su casa de Berriozar el 9 de agosto del pasado año. El subteniente ingresó en el Ejército de Tierra en 1975 y está destinado en Navarra desde 1979, salvo un periodo de seis años -entre 1982 y 1988- en que trabajó en Melilla y Madrid.

El ministro de Defensa, Federico Trillo, conversó ayer con el subteniente, quien señaló que se encontraba 'tranquilo y con el sentimiento de volver a nacer'. Trillo pidió a los miembros de los tres ejércitos y a las fuerzas de seguridad del Estado que 'extremen' sus medidas de precaución

Tanto Iribas como el presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, descartaron que ETA tenga un comando en la región.

ETA ha visto frustrados 18 atentados desde la ruptura de la tregua el 3 de diciembre de 1999. En 11 ocasiones trató de matar con el procedimiento de la bomba lapa, de las cuales ocho ha fallado.

[El registro de la empresa Zabaltzen de San Sebastián, ordenado el martes por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, tenía como fin buscar pagarés y facturas, y estaba incluido en la instrucción de la causa abierta por el juez sobre las redes de financiación de ETA, informa Europa Press].