Educando el paladar

En los tiempos que corren, ni el físico, ni la juventud ni la cultura son armas suficientes para conquistar al sexo opuesto. El elemento infalible hoy puede ser un buen plato de cocina acompañado, eso sí, de un vino añejo. Sin embargo, los expertos aseguran que para poder apreciar una exquisita cocina, es importante poseer un mínimo desarrollo del paladar.

Así lo estima el Centro de Desarrollo Turístico (CDT) de la ciudad de Alicante, organismo encargado de desarrollar jornadas dirigidas a los jóvenes que quieran ejercer algunas de las actividades propias del sector turístico.

Y es que comer no consiste sólo en masticar y tragar los alimentos. Para deleitarse con un buen plato es imprescindible - aconsejan los expertos culinarios del CDT- paladear con detenimiento el sabor que aportan las distintas combinaciones de carne, fruta, verdura y demás.

Por ello, desde hace tres años, el centro ha establecido, en su calendario particular, el día del gusto. Niños de entre siete y ocho años de edad visitan todos los miércoles las instalaciones del CDT para asistir a clases de cocina, al tiempo que aprenden a conocer qué son las papilas gustativas, dónde se encuentran y cuál es su función.

Para ello, los chavales se convierten en sumillers por espacio de media hora y catan líquidos de diferentes colores y sabores. El objetivo, explica el director del CDT, es que los pequeños conozcan que la capacidad sensitiva de la lengua despierta en distintas zonas según qué sabores. Así, el gusto salado se aprecia a través de la punta de la lengua, mientras que, por el contrario, el amargo se percibe gracias a las glándulas que se hallan al final de la misma.

El formador y pastelero del CDT, Pepe Sala, afirma que se lo pasa 'pipa' al observar las caras que dibujan los críos cuando, sobre todo, prueban los sabores amargos. Los críos perciben el gusto acibarado cuando prácticamente han ingerido la totalidad del líquido. Aunque, según comenta el profesor, muchos tienen una extraordinaria habilidad para devolver al instante lo que gustosamente tomaron un segundo atrás. Algunos, más curiosos, aprovechan el momento en el que el maestro da la espalda, para absorber el líquido expulsado con las mangas de su camisas. Y es entonces, cuando su profesor los pilla in fraganti, y ellos con cara de circunstancias se defienden diciendo: 'Profe, es que daba asco'. 'Son geniales', agregó el formador del CDT.

Durante la jornada, los niños aprenden también a cocinar magdalenas. Al término de la mañana, los pequeños reciben como premio un diploma y el postre que, mediante juegos, han elaborado. Fernández de Córdova, director del CDT, señala que este tipo de iniciativas tratan de acercar el Centro de Desarrollo Turístico a la ciudad alicantina, y quién sabe, añade, 'quizás alguno de estos niños haya descubierto hoy su vocación como cocineros o sumilliers'.

Las instalaciones del CDT en la ciudad de Alicante nacieron en 1995 con el objetivo de preparar y reciclar a los profesionales que continuamente demanda el sector terciario, pieza clave en el crecimiento de la economía de la provincia de Alicante y, por ende, de la Comunidad.

Un total de 2.700 alumnos cursaron el pasado año alguno de los ciclos impartidos por este centro, que anualmente experimenta un crecimiento de un 30%, según precisó su director. La patronal del sector turístico plantea sus demandas, y el CDT, atendiendo a sus posibilidades, trata de dar respuesta.

Cursos de formación ocupacional -dirigidos a jóvenes en situación de desempleo-, y jornadas destinadas a la formación continua -con el fin de reciclar al personal que actualmente trabaja en el sector- son los dos pilares básicos del CDT.

El auge del sector turístico y el cambio acelerado de las preferencias del público obligan al CDT a estar ojo avizor con respecto a las tendencias más innovadoras. La irrupción de las nuevas tecnologías y su constante avance explica que los cursos relacionados con la informática e Internet copen el mayor volumen de peticiones de los trabajadores en activo.

Estos centros, instalados también en las localidades turísticas de Benidorm, Dénia, Torrevieja, Gandia y Valencia, están subvencionados por el Fondo Social Europeo y la Administración valenciana.