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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Jefe ausente

El pasado mes de diciembre, allá por la última semana del año, mi novia y yo decidimos, ilusionados con nuestra primera y vacía casa, ir a echar un vistazo a las tiendas y fábricas de muebles que hay adyacentes a la carretera de Toledo.

En uno de estos comercios preguntamos precios de dormitorios y composiciones de salón. El elocuente comercial que nos atendió nos aseguró que nos proporcionaría un descuento de un 10% en la compra de nuestros muebles si dejábamos una señal de 5.000 pesetas y si efectuábamos la compra de los productos presupuestados antes del día 12 de enero.

Tras plasmar todo esto por escrito y dejar las 5.000 pesetas como 'reserva-señal del precio acordado', mi novia y yo partimos ilusionados del comercio a seguir mirando otras tiendas a sabiendas de que la cantidad entregada no nos comprometía a nada.

Pues bien, una semana más tarde decidimos reclamar esa señal, ya que, tras visitar otros comercios del mismo ramo, mi novia y yo llegamos a la conclusión de que no nos interesaba comprar nada en este centro. ¡Qué sorpresa la nuestra cuando, nada más manifestar nuestra decisión al comercial que nos atendió, éste nos dice que no nos puede reintegrar la señal porque el jefe ha 'desaparecido' (literalmente) y en la tienda sólo devuelve dinero el jefe!; en cambio, eso sí, para recibirlo y cobrar no hace falta. Pues bien, tras una cruzada que nos lleva hasta el día 16 logramos contactar por fin telefónicamente con el jefe de la tienda en cuestión. Creímos, ilusos de nosotros, que el problema de la devolución de las 5.000 pesetas ya estaba resuelto cuando nos dijo este señor que podíamos pasar cuando quisiésemos por la tienda a recoger el dinero. Y, oh sorpresa, oh dolor, cuando llegamos el día siguiente a la tienda el jefe no estaba. '¿Dónde está el jefe? ¿Alguien le ha visto? ¡Pero si hace un momento estaba aquí!', dice nuestro ya conocido comercial de la tienda. Conclusión: no hay dinero en la tienda (ojo, que son 5.000 pesetas y no un millón) y no nos lo pueden dar... hasta que no venga Batman, perdón, el jefe. Pues bien, sólo quedaba pedir el libro, en su defecto, hoja de reclamaciones, y ¿lo adivinan? ¡Tampoco tienen! Ni dinero, ni libro, ni hoja ni nada. -

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