Unió negociará la nueva financiación al margen del Consell Executiu

Aunque en público y ante la ejecutiva de UDC Duran ha optado por la más absoluta prudencia -ha pedido tiempo y libertad para reflexionar sobre tan trascendental decisión-, en privado le quedan pocas dudas. Además así se lo han recomendado la mayoría de los dirigentes democristianos, aunque en el consejo nacional del pasado sábado se transmitiese una ficticia impresión de que la ejecutiva esta dividida por la mitad. Mientras que el parlamentario Domènec Sesmilo la apoyó sin reservas, Jordi Casas, portavoz de la formación, expresó su rechazo. Pero no son pocos los miembros de los cuadros de Unió que han trasladado a Duran diversas reflexiones al respecto; por ejemplo, que a partir de ahora deberá someterse en el Gobierno al secretario general de CDC, Artur Mas.

Si Duran Lleida no ha aprovechado la actual crisis con Convergència para salir del Ejecutivo ha sido para no dar una imagen de pataleta política, difícilmente justificable ante la opinión pública. De este modo, aprovechará la próxima reestructuración del Gobierno, prevista para dentro de dos meses, cuando el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, sea nombrado delegado de la Generalitat en Madrid sustituyendo a Josep Gomis, que pasará a presidir el Consorcio Petroquímico de Tarragona.

Negociaciones con CDC

En estos dos meses, Duran Lleida también pretende ultimar algunas cuestiones que él mismo ha impulsado desde el Departamento de Gobernación, por ejemplo el proyecto de reordenación territorial y el Instituto Catalán del Mediterráneo.

El líder de Unió quiere dedicarse de forma exclusiva a reforzar su partido, consciente de que cuanto más fuerte sea, mayor poder de presión y decisión tendrá en el seno de la coalición nacionalista. También tiene prevista una profunda reforma de la ejecutiva democristiana, presumiblemente con una sustancial reducción de los miembros, y el nombramiento de una persona para ocupar la secretaría general. Duran pretende que el nuevo secretario general se vislumbre como el verdadero número dos de Unió, por lo que ha decidido tomarse su tiempo para designarlo. La secretaría general de UDC permanece vacante desde este fin de semana, cuando Núria de Gispert fue elegida presidenta.

Núria de Gispert también será la persona que presidirá la comisión que ha de negociar a partir de esta semana el nuevo marco de relaciones con sus socios de Convergència. Además de De Gispert, la comisión estará formada por la secretaria de política municipal, Marta Llorens, y el secretario de relaciones políticas, Domènec Sesmilo. Unió ha puesto fecha límite para alcanzar un acuerdo: el próximo 24 de marzo, día en el que está convocado el consejo nacional.

Duran Lleida ya advirtió ayer a los dirigentes de CDC que se vayan olvidando de una posible fusión de ambos partidos, porque el congreso de Unió lo rechazó en su ponencia. 'Ninguna de las partes puede imponer sus tesis en las negociaciones', manifestó el dirigente democristiano en rueda de prensa.Artur Mas insistió ayer en que CDC apuesta por dar 'más solidez y estabilidad en el tiempo a la coalición', y rechazó la paridad 'estricta' de cargos que reclama Unió. La ejecutiva de Convergència no eligió ayer los tres negociadores con Unió, pero en principio se dan como seguros los nombres de Xavier Trias, portavoz de la coalición en el Congreso, y del secretario de organización, Lluís Corominas.

Duran Lleida se esforzó ayer, en la rueda de prensa posterior a la ejecutiva, por dar una imagen serena y tranquila tras la crisis vivida con CDC, e informó de que por la mañana se puso en contacto con el presidente, Jordi Pujol, para clarificar el cruce de acusaciones que ambos se han lanzado este fin de semana. En el consejo nacional de UDC del sábado, Duran acusó a Pujol de haberse aprovechado de la debilidad política de Unió por el caso Pallerols para catapultar a Artur Mas. A la mañana siguiente, el presidente respondió que no le parecían justos los comentarios.

Aunque los líderes de la coalición públicamente dan por cerrada la crisis, la política de gestos va por otros derroteros. Los democristianos decidieron ayer iniciar por su cuenta los contactos políticos sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, al margen de las negociaciones que pueda hacer Convergència o el propio Gobierno catalán y anticipándose a ellas.

El diputado en el Congreso Josep Sánchez Llibre, secretario de organización de Unió, tiene previsto entrevistarse próximamente con el ministro de Economía, Rodrigo Rato; con el responsable de política económica del PSOE, Jordi Sevilla,y con el dirigente de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. En Cataluña se reunirá con dirigentes de Iniciativa per Catalunya y de Esquerra Republicana. Duran Lleida comentó ayer que 'Sánchez Llibre es un capital importante para hablar con el PP y el PSOE'. El secretario de organización de Unió también se trasladará próximamente a Alemania para realizar un estudio sobre el sistema de financiación de los länders.

Por su parte, el secretario general del PP, Javier Arenas, reprochó ayer a Mas que dijera que le es 'indiferente quién gobierne en Madrid' y le pidió que sea más 'respetuoso con el PP y con el papel estabilizador' que asume en Cataluña.