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El procesamiento de Estrada es un problema para el nuevo Ejecutivo

Muchos de los amigos de Joseph Estrada, sus amantes más publicitadas con sus casas gemelas y su propio abogado ya no están en el país. Todos se marcharon, semanas antes del comienzo del final o después de éste. Pero el cambio fue tan pacífico que los temores deberán enfocarse hacia los tribunales.

El único que no se mueve, además de Joseph Estrada y su familia, encerrada en el barrio capitalino de San Juan, es Luis Chavit Singson, su viejo amigo de borracheras, juego y pendejadas que en octubre optó por limpiar su conciencia denunciando que su amigo, el presidente, había robado 11 millones de dólares (casi 2.000 millones de pesetas) en comisiones del juego ilegal Jueteng. Singson se declaraba un tanto sorprendido por los acontecimientos. En unas muy breves declaraciones a la agencia France Presse en Manila, Singson aseguró: 'No me esperaba un final como el del sábado'.

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Ahora, con un posible proceso y numerosas pruebas en su contra, todo parece indicar que el ex presidente Estrada no tiene intención alguna de exiliarse. 'O no le deja el nuevo Gobierno: debió fracasar la negociación que intentaron los suyos' a última hora, corrige una fuente diplomática en Asia.

El problema político para Gloria Macapagal es meridiano: si perdona a Estrada sin que éste devuelva nada de lo presuntamente robado, estará transmitiendo el mensaje equivocado a sus seguidores y su discurso de moralizar la vida pública se evaporará. Si lo lleva ante los tribunales, se arriesga a generar un grave conflicto, pues los seguidores de Estrada podrían aprovechar cualquier debilidad moral del Gobierno para fomentar un cambio en el poder.

El diplomático está convencido de que habrá algún pacto a medio plazo 'si Estrada se porta bien'. 'La presidenta dispone de un arma pero ahora no puede emplearla'. Hay quien mantiene que no sólo Estrada ha cobrado de esa lotería. 'En este país es difícil tirar de la manta sin que todos queden inmunes', afirma el diplomático.

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