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Un libro dice que EE UU fabricó armas en centros contaminados con plutonio

Algunas de las armas con uranio empobrecido utilizadas en la guerra del golfo Pérsico y los Balcanes fueron fabricadas con materiales que procedían de tres centros de reciclaje contaminados con plutonio en Estados Unidos, según los autores de un libro que se publicará próximamente.

'Es allí donde hay que ir a buscar la principal explicación de los síndromes del Golfo y de los Balcanes', explica Martin Meissonier, coautor con Frédéric Loore y Roger Trilling del libro Uranio empobrecido, la guerra invisible, del que se hace eco hoy Le Journal du Dimanche.

Los autores del libro explican la contaminación con plutonio del centro de Paducah (Kentucky, EE UU) y, citando datos del Departamento estadounidense de Energía, se hacen eco de otras dos fábricas de uranio empobrecido de ese país también contaminadas con plutonio y otros transuránicos. 'Las armas utilizadas en el Golfo y los Balcanes fueron fabricadas con materiales procedentes de las existencias de esos tres centros', dice Meissonier.

El llamado síndrome de los Balcanes se suma al síndrome del Golfo, que afecta a decenas de miles de soldados, en su mayoría estadounidenses y británicos, pero también de otros países que participaron en la coalición que, liderada por EEUU, liberó a Kuwait de la ocupación iraquí a principios de 1991.

La presencia de restos de plutonio, elemento muy tóxico y radiactivo, en municiones de uranio empobrecido utilizadas en Kosovo y Bosnia es 'tan pequeña e irrelevante que no es motivo de preocupación', sostuvo un portavoz de la OTAN la semana pasada.

Transuránicos

Tras las revelaciones periodísticas de que las municiones empleadas por EEUU en los Balcanes contenían plutonio, además de uranio, la OTAN distribuyó una nota del Departamento estadounidense de Defensa según la cual dichas armas 'pueden' contener 'rastros de transuránicos' (neptunio, plutonio y americio).

Sin embargo, tanto el Pentágono como la OTAN minimizaron el peligro que estos elementos pueden entrañar. Según los autores de La guerra invisible, el origen de estos síndromes está en la planta nuclear de Paducah. Indican que ante la escasez de uranio, la entonces Comisión de Energía Atómica, predecesor del actual Ministerio de Energía, 'intentó paliarla reciclando en Paducah los residuos de uranio por el procedimiento del enriquecimiento'.

'El polvo contenía sustancias desechadas en el proceso de fabricación del plutonio (...) Como la materia se escapaba y era arrojada, los contaminantes se acumularon en los kilómetros de tuberías utilizados para enriquecer el uranio', señalan.

En Paducah, cientos de trabajadores contrajeron enfermedades parecidas cuyos síntomas eran parecidos a los del síndrome del Golfo.

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