Códigos de barras para identificar a recién nacidos

La biometría dactilar, una tecnología que hasta ahora se utilizaba en sistemas de control de acceso y firmas electrónicas, ya tiene una nueva aplicación. Utilizando esta tecnología, la empresa vizcaína ICN (Identificación y Custodia Neonatal) ha desarrollado un sistema para recoger con fiabilidad, seguridad y rapidez las huellas digitales de los recién nacidos y evitar el cambio de bebés durante la estancia de madres e hijos en los centros sanitarios.

El sistema, estrenado a mediados del pasado año por el Hospital Universitario Materno-infantil de La Paz, es un codificador compuesto de varios fragmentos y en el que se recogen todos los datos de la madre. Tras el nacimiento, parte del codificador se coloca en el cordón umbilical y en el pie del recién nacido. El sistema, basado en un código de barras de fácil lectura, evita los no tan infrecuentes casos de bebés que terminan en brazos de otra madre.

El descubrimiento de ICN incorpora un alto componente tecnológico que los investigadores de la empresa han desarrollado con la fundación vasca de investigación tecnológica Robotiker. Pero también toca aspectos sociales y legales, puesto que entregar a una madre un bebé equivocado, aunque no sea de forma intencionada, está castigado con penas de entre seis meses y un año de cárcel.

Hasta ahora para identificar a los recién nacidos se tomaban las huellas digitales del bebé en tinta, pero éste no es un método fiable porque, en muchos casos, las líneas de los minúsculos dedos no quedan impresas nítidamente, asegura Carlos Herreros, presidente de la empresa. Frente a esta práctica tradicional, ICN ha desarrollado un sistema electrónico de identificación de neonatos (Sein) que comercializará próximamente. 'Con el Sein los niños tienen garantizado el derecho fundamental a ser identificados correctamente', destaca Herreros.

Lo que ya tiene en el mercado es un codificador que aplican además del citado hospital de La Paz, varios centros del Insalud y algunos privados como las clínicas Ruber de Madrid y Teknon de Barcelona. 'El codificador es la punta de lanza de un sistema complejo de nuevos procesos dentro de la maternidad que estamos desarrollando', dice Herreros, quien añade que el codificador permite que los centros sanitarios cumplan con garantías la función de custodia de la madre y del niño.

Un grupo de empresarios y de investigadores fundó la empresa en enero del pasado año en Bilbao. Aunque cuentan con una delegación comercial en Madrid, la fundación de I+D Robotiker está desarrollando sus sistemas, que se ensamblarán en Barakaldo (Vizcaya), adonde trasladarán próximamente la sede de la empresa. ICN cuenta con el apoyo de la Diputación vizcaína, del Centro de Desarrollo Empresarial de la Margen Izquierda (Cedemi) y del Icex.

La empresa, que cuenta con un capital social de 32 millones de pesetas, de los que el 25% está en manos de la sociedad Renta 4, tiene previsto invertir en el próximo trienio 300 millones de pesetas en el desarrollo de sistemas que garanticen la custodia e identificación de los recién nacidos. Si sus estimaciones no fallan, el próximo año facturarán 4.500 millones de pesetas y emplearán directamente a 26 personas e indirectamente a otras 60.