Roma bloquea el plan de Telecom Italia de crear un imperio multimedia
La boda entre la empresa de páginas amarillas Seat, filial de Telecom Italia, y Telemontecarlo, celebrada hace cinco meses, no podrá consumarse. El organismo que regula el mercado de las telecomunicaciones en Italia ha cerrado el paso a este ventajoso matrimonio agarrándose a la ley que impide a una operadora de telefonía poseer una emisora de televisión. La noticia ha sentado como una ducha de agua fría en la sede de Seat y en la de Telecom Italia, que controla esta última. La unión estaba destinada a crear un gigante multimedia, una especie de pequeño AOL Time Warner a la italiana.
La compra estaba prácticamente cerrada tras el desembolso por parte de Seat de 20.000 millones de pesetas en metálico a cambio del control del 25% de Telemontecarlo. El siguiente paso era la adquisición de un restante 50% del grupo televisivo a cambio de otros 43.000 millones de pesetas en acciones de la nueva sociedad resultante. Pero el bloqueo de la compra deja a Telemontecarlo en el aire, con enormes pérdidas y un futuro incierto. La prensa italiana especulaba ayer con la posibilidad de que haya a la vista otro comprador, el grupo español Telefónica.
La importancia de la operación era sobre todo política y la decisión de interrumpirla ha sido interpretada también desde esa perspectiva por el consejero delegado de Seat, Lorenzo Pellicioli, para quien la resolución es 'ilegítima' y refleja 'el nuevo clima político'. La reacción de los mercados fue también negativa para Seat, que perdió un 5,31% en la Bolsa de Milán.
Pese a que Telecom Italia anunció que presentará un recurso ante el Tribunal Administrativo, pocos creen ahora en las posibilidades de que la operación siga adelante. Y ello, aunque la autoridad competente subraya en la motivación de su negativa a dar luz verde a la compra que la ley que la impide, conocida como ley Maccanico, 'no es idónea para el mercado actual'.
Existe una posibilidad legal de cambiar la ley en el Parlamento pero, como ayer reconoció el ministro de Comunicaciones, Salvatore Cardinale, 'es impracticable en estos momentos, al final de la legislatura'. En vísperas de las elecciones generales, previstas para abril, el ambiente político está demasiado caldeado como para afrontar una cuestión que se ha demostrado demasiado politizada desde un principio.
En un comunicado de Seat y Telecom Italia, ambas sociedades advertían de que procederán a cerrar el proyecto industrial, de forma 'subordinada a la autorización del antitrust', la entidad que controla la libre competencia en el mercado. Los partidos del centro-derecha se felicitaron por la decisión del organismo de las telecomunicaciones, mientras el centro-izquierda manifestaba su 'sorpresa' por la negativa.
Polvareda política
Hace cinco meses, el anuncio de la compra por parte de Seat de Telemontecarlo levantó una enorme polvareda política y provocó protestas entre las cadenas privadas de televisión. Telecom Italia, entonces a punto de formalizar la compra del 63% de Seat (empresa editora de las páginas amarillas de anuncios telefónicos, anteriormente parte del monopolio telefónico), a través de su operadora de Internet, Tin.it, añadía con ella a su ya poderoso ejército de compañías un elemento esencial: los contenidos televisivos. La idea era crear un 'tercer polo' de televisión capaz de romper el actual 'duopolio' que existe en Italia, donde las tres cadenas públicas de la RAI y las tres privadas de Mediaset, propiedad del líder de la oposición política Silvio Berlusconi, se reparten el mercado.
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