Duran, en autocares Pujol

Jordi Pujol trasladó ayer en bloque su Gobierno a Palma -Josep Antoni Duran incluido, aunque no Artur Mas- para celebrar 'la concordia política' y 'la sintonía suficientemente positiva' con el Gobierno de izquierdas y nacionalista de Baleares. El presidente catalán esquivó opinar de la crisis con Unió, y el líder democristiano dio indicios a sus interlocutores de que su salida del Ejecutivo está próxima.

Duran rehuyó el contacto con la prensa y cuando abordó algún tema de futuro o de cierta magnitud con sus homólogos baleares advirtió sin matices de que algunas cuestiones sería mejor tratarlas con su sucesor, según la versión que trasladó un consejero insular. En la comida oficial ofrecida por el Gobierno balear, Duran apenas habló, sólo lo hizo para responder a un par de preguntas sobre los casals catalans en América que le planteó Pujol, según varios asistentes al ágape.

El consejero expresa incomodidad en el viaje a Mallorca junto con el presidente

Las distancias entre los socios políticos también quedaron marcadas, como una metáfora, en el protocolo y en el transporte. Pujol se desplazó por Palma en un coche oficial, en comitiva, y Duran tuvo que hacerlo en transporte colectivo, en un microbús propiedad de la empresa denominada, precisamente, Autocares Pujol, junto con el resto de los consejeros de la nutrida embajada de la Generalitat. El autobús lo cedía el anfitrión y su elección no fue de ningún nacionalista local.

Duran evidenció cierta incomodidad en varios momentos, por ejemplo al tener que acudir a sentarse a la derecha de Pujol para firmar uno de los 10 convenios con su homólogo del Gobierno de Baleares. El todavía consejero mostró prisa por apartarse de la compañía, durante la rutinaria firma no cruzó palabra ni mirada con su presidente -que le murmuró una frase-, y se levantó equivocadamente de la cabecera sin terminar de rubricar los dos acuerdos que se cruzaba con el gobernante balar. Por ello, delante de las cámaras, Duran se levantó y tuvo que regresar a la diestra de Pujol.

El consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, le puso involuntariamente en otra situación incómoda. '¡Josep Anton!', gritó dos veces Vilajoana para reclamar de lejos, con el brazo en alto, su presencia ante los periodistas, a los que el responsable de Cultura iba a responder. El aún consejero de Gobernación, que se había escurrido entre la comitiva, atendió sorprendido a la llamada, dio tres pasos atrás, giró descompuesto y dejó descolocado al cónsul Vilajoana: 'Sólo estoy para hablar del convenio y del Gobierno', dijo de lejos. Y se fue.

El presidente de la Generalitat subrayó que los acuerdos suscritos reflejan la 'fluidez y la eficacia de las relaciones con las islas', un objetivo político que consideró 'muy importante'. Pujol aludió incluso al concepto de Països Catalans, que incardinó en 'el mundo europeo del Mediterráneo noroccidental, que va desde Italia hasta Murcia' y en el que los valencianos, catalanes y baleares 'son el núcleo duro'.

Pujol también llamó a unir esfuerzos para mejorar el sistema de financiación autonómico y subrayó que el modelo propuesto por el presidente valenciano, el conservador Eduardo Zaplana, tiene aspectos positivos. Por su parte, el presidente balear, Francesc Antich, consideró 'urgente' que el Gobierno del PP plantee su propuesta.