La inestabilidad climática vuelve a retraer a los esquiadores de las pistas

Las estaciones del Pirineo aragonés y catalán lamentan estos días la ausencia de precipitaciones de nieve, así como la lluvia y el ascenso de las temperaturas, que han estropeado la calidad de la nieve sin afectar demasiado a su volumen en las pistas. La temporada de esquí sigue un curso más bien aciago, pendiente de una climatología demasiado cambiante y que está frustrando en parte las expectativas de los empresarios de un negocio que mueve a más de medio millón de esquiadores vascos.

Como casi siempre en estos casos, muchos aficionados se ven en la disyuntiva de tener que apelotonarse los fines de semana en pistas abarrotadas y en mal estado o concentrar sus esfuerzos en una sola salida de una semana de duración a los Alpes que sacíe su apetito de esquí.

Las pistas alpinas ofrecen estos días condiciones óptimas, con nieve en polvo y unos espesores muy aceptables. Algo similar ocurre con la estación granadina de Sierra Nevada, un destino que deberían tener en cuenta para aquellos esquiadores vascos que dispongan de tiempo suficiente para hacer un viaje de casi 900 kilómetros.

Otra opción que es solicitada a menudo por los esquiadores del País Vasco -las pistas del Pirineo francés-, no reúne todavía las mejores condiciones para que el desplazamiento resulte rentable.

En cualquier caso, la situación de las pistas de esquí permite un cierto grado de elección, con algunas estaciones a pleno rendimiento (Boí Taül y Sierra Nevada, principalmente), mentras que la cercana Valdezcaray sigue padeciendo los caprichos de la climatología que le impiden abrir sus pistas. Una contrariedad para los esquiadores ocasionales de las zonas limítrofes, que se ven así carentes de la posibilidad de realizar una escapada rápida.

Hacia el Oeste, la estación cántabra de Alto Campoo tampoco ofrece una alternativa válida, pues su nieve se encuentra húmeda y con un espesor mul leve.