Borau cree que los jóvenes se interesan por el cine español porque es el más diverso de Europa
El cineasta afirma que el bajón de taquilla del pasado año es 'engañoso'
El cineasta José Luis Borau se considera 'un optimista total' sobre el presente y el futuro del cine español, y atribuye el descenso de ingresos en taquilla durante 2000 a que 'los directores favoritos del público han estrenado hacia final de año'. 'Ésta es una época dorada porque, por primera vez, el cine español interesa a los jóvenes, quizá porque es el más diverso de Europa. Y no sólo hay excelentes directores nuevos, sino que hoy un joven actor español en principio es bueno, aunque luego pueda resultar que no lo es; antes era al contrario', señaló Borau, que interviene en el ciclo Las generaciones del cine español, organizado en A Coruña por la Sociedad España Nuevo Milenio.
Borau, que ha dedicado a la dirección cinematográfica la mitad de sus 70 años de vida y que fue presidente de la Academia del Cine, considera su obra como 'marginal, porque yo me guiso y me lo como todo: guionizo, dirijo, produzco e incluso mi última película la he distribuido yo, o sea, que sólo hago cosas de mi mundo', dijo al público que llenaba el patio de butacas del teatro Rosalía de Castro, después de la proyección de Crimen de doble filo (1965, su segunda película) y de Amantes (1995), de Vicente Aranda, que no pudo estar presente por problemas en la edición de su filme Juana la Loca. 'La película que han visto tiene la culpa de que yo haya rodado apenas una decena de ellas. No pude intervenir en el guión y me juré que nunca más haría cosas de encargo', señaló Borau.
Los decanos de la cinematografía española parecen querer arreglar cuentas con la crítica imperante en los años sesenta y setenta, que exigía productos de autor. Si en la inauguración del ciclo Luis García Berlanga calificaba de 'pedante y aburrido' el cine artísticamente correcto de la época, José Luis Borau aseguró que 'las películas que quieren ser reales o dar testimonio de algo caen en las mayores falacias'.
Borau comenzó su carrera como director a los 35 años, recién salido de la Escuela Oficial de Cine, con un spaguetti western, Brandy, el sheriff de Lasatumba. 'Todo el mundo se rasgó las vestiduras al ver que el empollón de la escuela se estrenaba con una del Oeste', recordó ayer. Criticado en sus comienzos por 'excesivamente comercial y por hacer películas de género, y no de autor', Borau calificó, sin embargo, su mayor éxito de público y crítica, Furtivos (1975), como 'una losa, aunque sea dulce, de mazapán'. 'A escala de piojo soy como Orson Welles, que dirigió Ciudadano Kane a los 24 o 25 años, y ya siempre se le conoció por esa película. Menos mal que hice Furtivos con 46 años'.
Jorge Sanz, en 'Amantes'
El actor Jorge Sanz afrontó también la curiosidad del público sobre Amantes. Ante todo, preguntas sobre cómo había conseguido sobrellevar la relación (cinematográfica) con dos actrices a la vez, Maribel Verdú y Victoria Abril. 'Con mucho esfuerzo', respondió cómplice, y reconoció que en el filme de Aranda descubrió 'el sufrimiento de construir un personaje que además no me gustaba como persona. Creo que cuando era un niño y rodar era un juego alcancé mis mayores cotas interpretativas'.
Sanz reveló que la utilización erótica del pañuelo en la película se la sugirió él a Vicente Aranda, 'movido por una pareja sexualmente muy innovadora que tenía entonces, sin saber que la innovación y la sugerencia se volverían contra mí'. Jorge Sanz se mostró de acuerdo con el optimismo de Borau: 'Nos estamos convirtiendo en una industria y dependemos más del público que de las subvenciones'.
El crítico y exhibidor Miguel Anxo Fernández, que participó en el coloquio con su colega Juan Cobos, disintió radicalmente. 'La fuerza de Hollywood es tal que aquí es como si hiciésemos zapatos y no tuviésemos una tienda para venderlos. Temo que, en el mejor de los casos, los productores españoles se limitarán a darle al público sólo lo que pide'.
Babelia
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