'A nivel cultural, la izquierda y la derecha son conservadoras'

La última exposición del pintor Julián Vallejo (Bilbao, 1955) pasa de largo de las galerías y ofrece un recorrido cultural por nueve tiendas y bares bilbaínos donde se puede admirar sus obras. La muestra, titulada Tokyo Shopping, se centra en el consumo desenfrenado que imponen estos meses del calendario, con las Navidades y, después, las rebajas. Hasta el próximo 31 de enero se exponen una veintena de pinturas de Vallejo en tiendas como Logan, Power Record, Trudivora Frenesí, Coquelot y el bar Nasch Café.

Pregunta. Navidad, consumismo, marcas de moda. ¿Es el suyo un arte con mensaje?

Respuesta. El arte es la disciplina menos transcendental que hay, pero alrededor de la pintura y de la escultura existe una especie de halo místico en el que se amparan muchos artistas mediocres.

P. ¿Pretende con esta exposición criticar el consumismo desenfrenado de las Navidades y la época de rebajas?

R. No, no es una denuncia contra el consumismo; de hecho, estoy a favor del consumismo, es una cosa de la que no podemos abstraernos. Yo realicé una exposición sobre marcas y consumo en una galería de Barcelona en julio y decidí hacerla también en Bilbao. Muestra, más bien, mi punto de visto sobre la sociedad contemporánea, con un toque futurista y referencias a la sociedad japonesa, que es la más consumista.

P. ¿Por qué decide mostrar sus obras en una peluquería, una tienda de discos y un bar, y no en una galería, como es habitual?

R. Me apetecía exponer en una serie de locales que considero que son los más europeos de Bilbao y llegar más a la gente joven, porque a las galerías casi ni entran. Las galerías son dinosaurios, tienen la misma estructura que hace 100 años. Estoy cansado de exponer con galerías, porque la fórmula es siempre la misma. A mí me gusta salir de la rutina.

P. ¿Cómo ve el panorama del arte contemporáneo vasco?

R. Hay gente joven buena y siempre la ha habido. No en mi generación, la de los 40 años, que considero que está acabada. La gente joven es el futuro, pero este es un trabajo de supervivientes y muchos artistas jóvenes con gran potencial van a a acabar en la cloaca porque a los galeristas no les interesa la gente joven, porque son un riesgo.

P. ¿El efecto Guggenheim no ha mejorado panorama de los artistas locales?

R. Todo eso es un escaparate. La gente de Bilbao es muy conservadora y está muy poco abierta al arte contemporáneo, que es el que me interesa; el resto, es artesanía. A nivel cultural, tanto la izquierda como la derecha es conservadora.

P. ¿Por qué firma sus obras con los números 1955 y 2027?

R. Son las fechas de mi nacimiento y de mi muerte. Es una rebelión utópica, quizá infantil, contra el destino, contra la muerte arbitraria.