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AUTOMOVILISMO | Fórmula 1

Quienes le rodean le ven como una persona cariñosa y amable

'No, ése no es el Michael que yo conozco', asegura Sabine, jefa de prensa de Schumacher, cuando se le insinúa que es arisco y poco sociable. 'Para mí es un personaje entrañable, que siente una auténtica devoción por su familia y por sus amigos'.

El Schumacher al que describen las personas que le rodean no se ajusta al estereotipo que conocen los aficionados. 'Sí', reconoce Sabine, 'tiene un jet privado, pero lo necesita para desplazarse porque le permite pasar más tiempo con los suyos'.

Además del jet, Schumacher posee una flota de coches que incluye dos Ferrari (el 550 Maranello es el que suele utilizar), un Lancia y un Fiat 500 de colección que le regaló Luca de Montezemolo. Posee una gran mansión en Suiza (Vufflens le Château) y una casa en Noruega, y pasa parte de sus vacaciones en Francia, Utah (EE UU) y Mallorca en casas que le ceden algunos amigos. 'No es tanto', se justifica Sabine. 'Las Navidades las pasa siempre en Noruega, porque allí nadie se interfiere en su vida. Y el día de su cumpleaños, el 3 de enero, ofrece una gran fiesta con sus padres y sus amigos'.

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Corinna, su esposa, y sus dos hijos, Gina Maria y Michael, de casi cuatro y dos años, son su principal pasión. 'Creo que lo que más valora Michael es la libertad y la independencia que le da el dinero. Puede hacer lo que quiera y sabe que el futuro de su familia está asegurado'.

Schumacher concluye en el año 2002 el último contrato de cinco años que firmó con Ferrari, que la pasada temporada le aportó alrededor de 6.000 millones de pesetas. La revista Forbes le situó como el deportista mejor pagado en 1999, con unos ingresos que superaron los 15.000 millones, incluyendo la publicidad.

'Mis hijos', asegura el piloto alemán, 'tendrán libertad para elegir su futuro. Preferiría que Michael fuera golfista antes que piloto de coches, pero si es lo que quiere no me opondré'.

Entre las aficiones de Schumacher están algunos deportes de riesgo, como el paracaidismo. 'El riesgo existe, pero es calculado. Nunca debemos permitir que el miedo bloquee nuestras vidas', asegura Schumi. En cambio, no le apasiona la lectura. 'Sorprendió a Corinna este año en unas vacaciones en Tailandia, cuando leyó dos libros de carrerilla. Eso no suele hacerlo ni en un año', concluye Sabine.

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