'Hago teatro realista porque la realidad está llena de mentiras'
El Teatro Talía de Valencia estrenó el año con El Banquete, una versión del célebre diálogo platónico dirigida por Carmen Portaceli. En Espai Moma puede verse esta semana Por menjar-se ànima (Miedo comerse alma) de Rainer W. Fassbinder, dirigida por Carmen Portaceli. En el mismo escenario y también bajo la dirección de Carmen Portaceli la semana que viene se estrena Mein Kampf (Mi lucha) de George Tabori. Entre estreno y estreno esta directora valenciana, que vive en Barcelona desde hace 24 años, dirige los ensayos de la compañía de teatro del Micalet que está preparando la puesta en escena de Jubileum, otra obra de Tabori.
Pregunta. ¿Qué es el veneno del teatro?
Respuesta. El veneno del teatro es la posibilidad de adentrarte en nuestro mundo para intentar entenderlo un poco más y poder ser un vehículo para explicar historias. Empecé a estudiar cine y teatro en Barcelona, pero lo que más interesaba es la dirección de actores. Por casualidad me llamaron para una ayudantía, quedé fascinada y ahí empezó todo.
P. ¿Qué miedo se está comiendo nuestra alma? R. El dinero, ojalá cayera la cortina del neoliberalismo como cayó el muro.
P. ¿Por qué vuelve el teatro realista? ¿Es una cuestión puramente teatral o es que la realidad es muy dramática?
R. No lo sé, pero es lo que estoy viviendo. Sin querer abogo por el teatro realista. Quizá lo que se ve por fuera es tan de mentira, que posiblemente el teatro sea una respuesta. Pero a lo mejor es puramente subjetivo.
P. Por mejar-se ànima, antes que obra de teatro, fue la película Todos nos llamamos Alí, también dirigida por Fassbinder. La conversión de una obra de teatro en cine es frecuente, al revés es más raro ¿Qué dificultades especiales plantea para el director teatral?
R. Primero está la cuestión espacial, por la gran cantidad de escenas que hay en el cine. Esto hay que resolverlo de la forma más sencilla, porque lo importante es lo que se cuenta. Y luego el cine es más parco en palabras, es muy esencial, aunque el buen texto de teatro también lo es. Conseguir el primer plano en teatro es más complicado.
P. Por mejar-se ànima es la historia del amor que sienten y el rechazo social que generan un marroquí joven y una europea mayor. La Generalitat acaba de editar un folleto para emigrantes que explica cómo se deben lavar la cara y les recomienda abstenerse de mantener relaciones sexuales.
R. No lo sabía, pero no me extraña.
P. ¿Se planteó trasladar la obra de la Alemania de los años 70 a la España de hoy?
R. No, porque creo que el problema es tan vigente que no es necesario. Si montara La increíble ascensión de Arturo Ui, de Brecht, tampoco haría falta, porque zafios y matones en el poder hay muchos.
P. Si la relación fuera entre un europeo machucho y una joven mulata no generaría rechazo.
R. No, generaría codazos de complicidad y dirían: '¡Qué suerte!'. Cuando la gente dice que es un chiste de putas y maricones, yo digo, vaya, dos papeles al servicios de ellos, de los hombres.
P. ¿Qué cree que fue más determinante para que Fassbinder montase esta historia, la situación de Alemania o su condición homosexual?
R. La situación de Alemania. Pero también su condición sexual, porque cuando uno tiene que luchar por algo que no es lo que está establecido, se le abre la sensibilidad
P. ¿Qué miedos se están comiendo nuestras almas?
R. El miedo a no poder sobrevivir, la dificultad para pagar el piso, el dinero. Eso es lo que más ha adocenado a la gente. Y también la pérdida del interés por la vida que te rodea, por la política. Esa pérdida de interés es el caldo de cultivo del pensamiento más terrible que hay.
P. ¿Está pensando en Mein Kampf?
R. Estoy pensando en el fascismo, en la derecha brutal, en eso que llaman neoliberalismo, pero que es capitalismo mondo y lirondo. Ojalá cayera la cortina de aquí como cayó el muro de allí. Ahora en Rusia dicen lo que piensan, pero no comen.
P. ¿Y sus miedos? ¿Cuáles son sus miedos?
R. A no saber escucharme de verdad, a perder el poco bienestar del alma que haya llegado a conocer, a dejar de tener algo que explicar o las ganas de hacerlo.
P. Usted es hermana del arquitecto Manuel Portaceli ¿Cómo vivió el linchamiento moral al que fue sometido por la reforma del teatro romano de Sagunto?
R. Con mucha tristeza. Esta gente es tan perversa y tan banal, que es capaz de hacer lo que sea por captar votos. Disponen de todos los medios para manipular y para que no se entienda que un arquitecto, que es un artista, cuando se plantea una rehabilitación, estudia el tema a fondo. Ellos no han estudiado nada, no han rehabilitado nada, derriban y construyen aparcamientos.
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