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Crítica:la semana
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

7 CLAVES

Josep Ramoneda

Las vacas locas, los fallos de ETA y los problemas de la justicia, en una semana en que el Supremo corrigió al gobierno por el indulto de Liaño y Pujol ascendió al heredero

1. Mutaciones

De la bomba atómica al poder vírico: la gran amenaza ya no tiene la forma apabullante del hongo que todo lo destruye sino la invisibilidad del virus y del prión que se nos come uno a uno y desde dentro. Del sida a las vacas locas, la sociedad del riesgo vuelve a la cultura de la epidemia. Y los gobiernos -inexpertos ante estas amenazas- se ven desbordados. El ministro francés Jean Glavany acusa a Alemania, Italia y España de haber hecho perder unos meses decisivos a la Unión Europea: 'tres o cuatro países han impedido tomar diversas medidas sanitarias escudándose en que la enfermedad no les concernía'. Era la doctrina oficial del gobierno español cuando hace cinco meses, el ministro Arias, tildó de irresponsable al Comité Director Científico que asesora a la Unión Europea por incluir a España en los países de 'alto riesgo'. Los hechos han dado la razón a los científicos. En Alemania, los ministros de Sanidad y Agricultura han tenido que dimitir por sus negligencias. Y el canciller Schroeder ha decidido reorientar la política agrícola, con una nueva organización ministerial y un giro ecologista que dará preferencia a los consumidores frente al lobby de los agricultores y ganadores. En España, la ministra de Sanidad y el de Agricultura se contradicen. Se aprueba un decreto que se cambia, por inviable, a las tres semanas. No hay otra orientación política que torear el día a día. Al decir de los especialistas, las vacas locas son la consecuencia de una mutación experimentada en un animal que era herbívoro al convertirlo en carnívoro con la finalidad de optimizar su producción de leche. Algo muy propio de unos tiempos puestos bajo el signo de la técnica y el rendimiento. Los alemanes lo han entendido bien: el caso de las vacas locas es un ensayo general para los problemas alimentarios que vienen.

2. Detenciones

ETA ha tenido una semana de detenciones y fracasos. Hay unas reglas perversas de la comunicación social que hacen que una acción de ETA si no produce muertes pierda toda gravedad. No ha habido víctimas, se dice, olvidando que incluso los atentados frustrados dejan una secuela de miedo e de intimidación en muchísima gente. Esta lógica ha contribuido a que durante mucho tiempo se minimizara la kale borroka, al fin y al cabo los daños personales eran escasos. El atentado frustrado contra la cúpula del PP vasco, reunida en el cementerio de Zarauz para homenajear al concejal Ignacio Iruretagoyena asesinado hace tres años, no produjo desgracias personales. Pero ello no quita nada a la gravedad y la crueldad de la acción. Una acción que por sí sola debería iluminar a los que todavía piensan que hay algo a negociar con ETA. Afortunadamente, ETA falla. Y sus comandos siempre acaban cayendo. Ha habido suerte en Barcelona. Pero también ha habido mucha tensión -y mucha atención- en la ciudad. Sorprenden, a primera vista, las pocas precauciones tomadas por los terroristas: la matrícula mal puesta, la puerta del coche forzada, la escasa capacidad de reacción. Puede que Mayor Oreja tenga razón cuando dice que ETA no está en su mejor momento.

3. Elecciones

La vida corre y el Lehendakari camina. Ibarretxe ha tenido que perder 52 votaciones en el último período parlamentario de sesiones para darse cuenta de que tenía que convocar elecciones. Y ahora necesita unos cuántos meses más -unas cuantas derrotas más- para decidir la fecha en que éstas tendrán lugar. ¿Qué espera el PNV alargando la agonía de un gobierno sin mayoría parlamentaria? Espera que el pacto entre el PP y el PSOE se deteriore y espera que ETA se decida por una nueva tregua. Da la impresión que son esperas inútiles. Sobre todo la segunda: aseguran que el PNV lleva meses llamando a la puerta de ETA sin que ésta conteste.

4. Competencias

El Tribunal Supremo detectó una ilegalidad en el decreto del indulto que el gobierno concedió a Gómez de Liaño y la enmendó. Aceptó el indulto de los catorce años de inhabilitación que quedaban por cumplir, pero no el reingreso en la carrera judicial porque según el Tribunal no se ajusta a derecho. No hay por tanto conflicto de jurisdicciones. Simplemente, un tribunal corrige un acto administrativo del gobierno, como ocurre a menudo, porque también el poder ejecutivo está obligado a cumplir la ley. Y, lógicamente, así se reflejará en la correspondiente resolución judicial. Un indulto es una decisión política, dicen desde el entorno gubernamental. Por supuesto, pero las decisiones políticas no pueden vulnerar las leyes. Queda ahora por ver la actuación del gobierno. La lógica política sugeriría aceptar la decisión de los jueces y procurar que el tema se olvide lo más pronto posible: la tenacidad en la defensa de Gómez de Liaño no favorece en nada al PP, según dicen las encuestas. Si el ejecutivo opta por plantear el conflicto jurisdiccional, lo hará contra la evidencia de que el Supremo dice que tal conflicto no existe, y tendrá que cargar inevitablemente con la sospecha de que tiene razones inconfesables para seguir defiendo al ex-juez.

5. Deficiencias

El protagonismo mediático es para la cúpula del poder judicial, pero la realidad de la justicia española está en otra parte. Dos importantes leyes han entrado en vigor: la ley de enjuiciamiento civil y la ley del menor. La primera debería mejorar sustancialmente la justicia cotidiana. Pero para que lo escrito en el BOE tenga realmente eficacia práctica se necesitarían 200 jueces más y una inversión inicial de 10.000 millones. Nadie lo ha previsto. Como nadie ha previsto crear las instituciones adecuadas de acogida de los menores que exige la nueva ley. Estos son los problemas de la justicia española: el pésimo estado de las oficinas judiciales, la falta de recursos, la falta jueces, la falta de dedicación, la falta de instrumentos para la persecución de los nuevos delitos. Se hacen leyes. Pero los procedimientos se siguen acumulando, los conflictos se alargan, los afectados sufren el desgaste de esperas inacabables. Y todo ello no parece que contabilice en el debe gubernamental. Hasta que los ciudadanos se organicen por una justicia que sea realmente un servicio.

6. Valoraciones

A pesar de la buena imagen que Zapatero da en las encuestas -incluso mejor que la de Aznar- ¿por qué sigue a más de seis puntos de distancia del PP en expectativas electorales? Porque Zapatero gusta a mucha gente pero no ha conseguido todavía movilizar a su electorado. El votante socialista no está para más sorpresas. Después de Felipe González ha visto desfilar a demasiada gente: Almunia, Borrell, Almunia, Chaves. Se acabó la confianza ciega. El elector quiere convencerse de que Zapatero no va a ser otra flor de un día. Y espera. Por eso la gráfica de valoración de Zapatero es muy homogénea: le puntúan casi igual los electores del PP que los del PSOE. Cae bien, pero todavía no está para ganar. Cuando lo esté subirá rápidamente su valoración entre el electorado socialista y empezará a caer en el electorado del PP. En política, como en fútbol, el aplauso del rival no es un buen síntoma.

7. Herencias

Pujol da el paso: nombra a Artur Mas conseller en cap, algo así como primer ministro -o consejero delegado, según se mire- de su gobierno-. Pujol ejercerá de rey padre: primero sobre el país, desde la presidencia de la Generalitat, y después sobre el área nacionalista, desde la presidencia del partido. En tiempo de descuento, Pujol prueba el modelo Arzalluz, por necesidad que no por convicción. Mas nunca podrá quejarse de falta de ayuda: Pujol recorta su propio poder y reconoce que se acerca el día en que esto se acabará para él. Mayor sacrificio imposible. Al mismo tiempo, Pujol liquida la pugna sucesoria Más-Durán, aprovechando el desgaste del caso Pallarols. Durán o sube al monte y rompe con Convergència (no se atreverá) o se queda discretamente (y procurando que no se note demasiado) a la espera de una derrota de Mas que vuelva a darle opciones. Pujol se la juega con Mas con la esperanza de conseguir, al menos, una derrota digna en las próximas autonómicas. Sabe que, después de una derrota estrepitosa, Convergència no aguanta tres meses unida.1. Mutaciones

De la bomba atómica al poder vírico: la gran amenaza ya no tiene la forma apabullante del hongo que todo lo destruye sino la invisibilidad del virus y del prión que se nos come uno a uno y desde dentro. Del sida a las vacas locas, la sociedad del riesgo vuelve a la cultura de la epidemia. Y los gobiernos -inexpertos ante estas amenazas- se ven desbordados. El ministro francés Jean Glavany acusa a Alemania, Italia y España de haber hecho perder unos meses decisivos a la Unión Europea: 'tres o cuatro países han impedido tomar diversas medidas sanitarias escudándose en que la enfermedad no les concernía'. Era la doctrina oficial del gobierno español cuando hace cinco meses, el ministro Arias, tildó de irresponsable al Comité Director Científico que asesora a la Unión Europea por incluir a España en los países de 'alto riesgo'. Los hechos han dado la razón a los científicos. En Alemania, los ministros de Sanidad y Agricultura han tenido que dimitir por sus negligencias. Y el canciller Schroeder ha decidido reorientar la política agrícola, con una nueva organización ministerial y un giro ecologista que dará preferencia a los consumidores frente al lobby de los agricultores y ganadores. En España, la ministra de Sanidad y el de Agricultura se contradicen. Se aprueba un decreto que se cambia, por inviable, a las tres semanas. No hay otra orientación política que torear el día a día. Al decir de los especialistas, las vacas locas son la consecuencia de una mutación experimentada en un animal que era herbívoro al convertirlo en carnívoro con la finalidad de optimizar su producción de leche. Algo muy propio de unos tiempos puestos bajo el signo de la técnica y el rendimiento. Los alemanes lo han entendido bien: el caso de las vacas locas es un ensayo general para los problemas alimentarios que vienen.

2. Detenciones

ETA ha tenido una semana de detenciones y fracasos. Hay unas reglas perversas de la comunicación social que hacen que una acción de ETA si no produce muertes pierda toda gravedad. No ha habido víctimas, se dice, olvidando que incluso los atentados frustrados dejan una secuela de miedo e de intimidación en muchísima gente. Esta lógica ha contribuido a que durante mucho tiempo se minimizara la kale borroka, al fin y al cabo los daños personales eran escasos. El atentado frustrado contra la cúpula del PP vasco, reunida en el cementerio de Zarauz para homenajear al concejal Ignacio Iruretagoyena asesinado hace tres años, no produjo desgracias personales. Pero ello no quita nada a la gravedad y la crueldad de la acción. Una acción que por sí sola debería iluminar a los que todavía piensan que hay algo a negociar con ETA. Afortunadamente, ETA falla. Y sus comandos siempre acaban cayendo. Ha habido suerte en Barcelona. Pero también ha habido mucha tensión -y mucha atención- en la ciudad. Sorprenden, a primera vista, las pocas precauciones tomadas por los terroristas: la matrícula mal puesta, la puerta del coche forzada, la escasa capacidad de reacción. Puede que Mayor Oreja tenga razón cuando dice que ETA no está en su mejor momento.

3. Elecciones

La vida corre y el Lehendakari camina. Ibarretxe ha tenido que perder 52 votaciones en el último período parlamentario de sesiones para darse cuenta de que tenía que convocar elecciones. Y ahora necesita unos cuántos meses más -unas cuantas derrotas más- para decidir la fecha en que éstas tendrán lugar. ¿Qué espera el PNV alargando la agonía de un gobierno sin mayoría parlamentaria? Espera que el pacto entre el PP y el PSOE se deteriore y espera que ETA se decida por una nueva tregua. Da la impresión que son esperas inútiles. Sobre todo la segunda: aseguran que el PNV lleva meses llamando a la puerta de ETA sin que ésta conteste.

4. Competencias

El Tribunal Supremo detectó una ilegalidad en el decreto del indulto que el gobierno concedió a Gómez de Liaño y la enmendó. Aceptó el indulto de los catorce años de inhabilitación que quedaban por cumplir, pero no el reingreso en la carrera judicial porque según el Tribunal no se ajusta a derecho. No hay por tanto conflicto de jurisdicciones. Simplemente, un tribunal corrige un acto administrativo del gobierno, como ocurre a menudo, porque también el poder ejecutivo está obligado a cumplir la ley. Y, lógicamente, así se reflejará en la correspondiente resolución judicial. Un indulto es una decisión política, dicen desde el entorno gubernamental. Por supuesto, pero las decisiones políticas no pueden vulnerar las leyes. Queda ahora por ver la actuación del gobierno. La lógica política sugeriría aceptar la decisión de los jueces y procurar que el tema se olvide lo más pronto posible: la tenacidad en la defensa de Gómez de Liaño no favorece en nada al PP, según dicen las encuestas. Si el ejecutivo opta por plantear el conflicto jurisdiccional, lo hará contra la evidencia de que el Supremo dice que tal conflicto no existe, y tendrá que cargar inevitablemente con la sospecha de que tiene razones inconfesables para seguir defiendo al ex-juez.

5. Deficiencias

El protagonismo mediático es para la cúpula del poder judicial, pero la realidad de la justicia española está en otra parte. Dos importantes leyes han entrado en vigor: la ley de enjuiciamiento civil y la ley del menor. La primera debería mejorar sustancialmente la justicia cotidiana. Pero para que lo escrito en el BOE tenga realmente eficacia práctica se necesitarían 200 jueces más y una inversión inicial de 10.000 millones. Nadie lo ha previsto. Como nadie ha previsto crear las instituciones adecuadas de acogida de los menores que exige la nueva ley. Estos son los problemas de la justicia española: el pésimo estado de las oficinas judiciales, la falta de recursos, la falta jueces, la falta de dedicación, la falta de instrumentos para la persecución de los nuevos delitos. Se hacen leyes. Pero los procedimientos se siguen acumulando, los conflictos se alargan, los afectados sufren el desgaste de esperas inacabables. Y todo ello no parece que contabilice en el debe gubernamental. Hasta que los ciudadanos se organicen por una justicia que sea realmente un servicio.

6. Valoraciones

A pesar de la buena imagen que Zapatero da en las encuestas -incluso mejor que la de Aznar- ¿por qué sigue a más de seis puntos de distancia del PP en expectativas electorales? Porque Zapatero gusta a mucha gente pero no ha conseguido todavía movilizar a su electorado. El votante socialista no está para más sorpresas. Después de Felipe González ha visto desfilar a demasiada gente: Almunia, Borrell, Almunia, Chaves. Se acabó la confianza ciega. El elector quiere convencerse de que Zapatero no va a ser otra flor de un día. Y espera. Por eso la gráfica de valoración de Zapatero es muy homogénea: le puntúan casi igual los electores del PP que los del PSOE. Cae bien, pero todavía no está para ganar. Cuando lo esté subirá rápidamente su valoración entre el electorado socialista y empezará a caer en el electorado del PP. En política, como en fútbol, el aplauso del rival no es un buen síntoma.

7. Herencias

Pujol da el paso: nombra a Artur Mas conseller en cap, algo así como primer ministro -o consejero delegado, según se mire- de su gobierno-. Pujol ejercerá de rey padre: primero sobre el país, desde la presidencia de la Generalitat, y después sobre el área nacionalista, desde la presidencia del partido. En tiempo de descuento, Pujol prueba el modelo Arzalluz, por necesidad que no por convicción. Mas nunca podrá quejarse de falta de ayuda: Pujol recorta su propio poder y reconoce que se acerca el día en que esto se acabará para él. Mayor sacrificio imposible. Al mismo tiempo, Pujol liquida la pugna sucesoria Más-Durán, aprovechando el desgaste del caso Pallarols. Durán o sube al monte y rompe con Convergència (no se atreverá) o se queda discretamente (y procurando que no se note demasiado) a la espera de una derrota de Mas que vuelva a darle opciones. Pujol se la juega con Mas con la esperanza de conseguir, al menos, una derrota digna en las próximas autonómicas. Sabe que, después de una derrota estrepitosa, Convergència no aguanta tres meses unida.

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