Real y Athletic, en estado de necesidad

Lesiones (una decena), puntos (pocos más), crisis deportivas (Athletic) o institucionales (Real Sociedad) y ausencia de color (apenas un centenar de aficionados bilbaínos) diseñan un derby vasco (Anoeta, 17.00, Teletaquilla) de precariedades, más testimonial que real, más ficticio que profundo.

La Real es el colista, tiene un presidente virtual y un proceso electoral discutido, cuenta su tercer entrenador en cuatro meses y ha iniciado una nueva reconstrucción de la plantilla similar a la de la pasada temporada, cuando vivió similares urgencias. Ha fichado al delantero Demetradze (400 millones de pesetas), del Dinamo de Kiev, y al defensa brasileño Luiz Alberto (700 millones), del Saint Étienne, y anuncia la contratación de otro central. John To-shack, como Javier Clemente, tiene plenos poderes. El primer damnificado ha sido el tercer portero, Iker Álvarez que ha dejado su ficha federativa al goleador georgiano. El siguiente será probablemente Antia, que hará lo propio con Luiz Alberto. Si llega un central, Guerrero tendrá los días contados. Toshack ha recuperado también a Xabi Alonso (hijo de Periko Alonso, el anterior entrenador) y Llorente, cedidos en el Eibar, para rearmar un equipo hasta la fecha poco solvente.

Todo un proceso de reconstrucción general para salir de un agujero demasiado persistente. La Real se salvó la pasada temporada sobre la campana y en la actual se muestra reincidente. Los mismos vicios, los mismos problemas, las mismas soluciones, con otros nombres.

El Athletic resulta un equipo frustrante, porque no encuentra el fútbol que pretende su técnico, y frustrado, por una plaga de lesiones que convierte cada alineación en un ejercicio de funambulismo. A Anoeta acude sin centrales específicos (tiene lesionados a Ríos, Carlos García y Alkorta), aunque Txetxu Rojo dió ayer un soplido de alegría cuando supo que puede contar con Lacruz y Larrazabal, dos laterales que le han sacado en ocasiones de este tipo de problemas. En cualquier caso, habida cuenta del poderío de la Real en el juego aéreo, parece que el conjunto vizcaíno vivirá un calvario en Anoeta.

Nada nuevo. El Athletic acumula 15 derbies consecutivos sin ganar a la Real. Toda una tradición negativa que otorga al conjunto donostiarra el beneficio de la duda. Moralmente, comienza el partido con un valor añadido. Y su rival, con el tembleque habitual.

Entradas devueltas

En tales circunstancias, no resulta extraño que la cita haya perdido color. Sólo 110 aficionados rojiblancos han comprado en Bilbao localidades para asistir a ella, por lo que el Athletic ha debido devolver a la Real otras 140 entradas no adquiridas.

Todo un síntoma del descrédito de un derby muy desagradable en las últimas temporadas y de dos equipos que inspiran muy poca confianza a sus respectivas aficiones.

A Toshack se le resolvió ayer su problema principal: el delantero Jankauskas, aquejado de un problema de cadera que no le impedirá jugar. Algo que no podrá hacer el brasileño Luiz Alberto, a la espera del permiso correspondiente para alinearse como pivote en el centro del campo, un lugar maldito en la Real.

A Rojo un problema se le resuelve mientras otro nace. La baja de Ríos resulta sensible para una línea defensiva demasiado castigada por las lesiones. Urrutia y Guerrero tampoco han podido recuperarse a tiempo y se unen al resto de lesionados (Ezquerro, Carlos García, Alkorta o Merino). Sin embargo, Rojo sí cuenta con Javi González, a quien margino el miércoles en la Copa del Rey, y ha añadido a su lista a Cuéllar y Expósito para completar una convocatoria de urgencia.

Real Sociedad: Alberto; Fuentes, Loren, Pikabea, Jauregi, López Rekarte; Tayfun, Khokhlov, De Pedro; De Paula y Jankauskas.

Athletic: Lafuente; Larrainzar, Lacruz, Óscar Vales, Larrazabal; Felipe, Orbaiz, Alkiza, Yeste; Etxeberria y Urzaiz.