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Sampietro pide 'una salida digna' para dejar en breve el Gobierno de Ceuta

Sampietro, que ayer fue trasladado en helicóptero a un hospital de Marbella para continuar bajo supervisión médica, se enfrenta a una muy difícil situación política. De los 12 consejeros con los que inició la legislatura en agosto de 1999, tras desbancar al entonces presidente de la ciudad, Jesús Fortes (PP), con el apoyo de la tránsfuga socialista Susana Bermúdez, sólo le quedan siete, y es muy probable que en las próximas horas renuncie también Olga Galiano, ascendida a consejera de Patrimonio el pasado viernes.

Este gesto de Sampietro para retener a su subordinada le ha resultado del todo inútil, puesto que Galiano figura entre los firmantes de un 'documento de lealtad' que el PP logró arrancar a los cinco dimitidos del GIL cuando éstos le comunicaron su deseo de abandonar ese partido. Ocurrió poco antes de la pasada Semana Santa. Las conversaciones que se iniciaron entonces entre los futuros tránsfugas y los dirigentes populares concluyeron hace menos de un mes. En ese 'documento de lealtad' se dejaba constancia del pacto contra Sampietro -y aún más, contra sus dos vicepresidentes, Manuel de la Rubia y Juan Carlos Ríos- y se fijaba también el calendario de dimisiones en cadena, iniciado el pasado 22 de diciembre con la renuncia del titular de Obras Públicas, Jesús Simarro, y que previsiblemente concluirá hoy con el abandono de Galiano.

Sampietro, ajeno por completo a la existencia del pacto, trasladó recientemente a su Gobierno a Marbella para que Jesús Gil le ayudara a poner orden. Ajeno también a las intenciones de la consejera de Turismo, Aída Piedra, afirmó rotundamente el pasado viernes en una rueda de prensa que no presentaría la dimisión. En esa convocatoria, Aída Piedra, de 25 años, ex secretaria personal suya, compareció solidariamente a su lado. La lealtad de la consejera de Turismo era determinante para que la moción de censura no prosperara, puesto que fue la única de su partido que no firmó contra Jesús Fortes (el aval del resto de consejeros del GIL en esta operación les inhabilita por ley para presentar otra segunda moción de censura).

Poco antes de partir el helicóptero hacia la ciudad malagueña, Sampietro recibió la noticia de la retirada del apoyo parlamentario de Susana Bermúdez, la mujer que hizo posible su llegada al poder. Bermúdez no ha podido seguir los pasos de los cinco consejeros del GIL que le han precedido de integrarse en el Grupo Mixto, porque ya está en él, desde su traición al PSOE en agosto de 1999. Ayer abandonó la ciudad y según su padre, Ángel Bermúdez, se encuentra 'muy afectada. Llevaba dos días sin salir de casa y no tiene ganas de nada, sobre todo después de lo que se jugó apoyando al GIL con críticas y amenazas, pero la crisis interna del GIL le ha obligado a adoptar esta postura'. También su marido, Francisco Cazalla, ascendido a consejero, puso ayer su cargo a disposición de Sampietro.

El PSOE ha pedido a Bermúdez que renuncie al escaño y lo devuelva al partido. Fuentes socialistas comentaron ayer su confianza en que esto ocurra y se hicieron eco de un comentario de la ex consejera de Cultura en el sentido de que desea iniciar una carrera de actriz en la Península. Bermúdez ha participado en pequeñas obras locales de teatro en papeles de cómica. El PSOE manifestó ayer su voluntad de mantenerse al margen de cualquier cargo en el Gobierno que formaría el Partido Popular y los tránsfugas del GIL.

Mientras Sampietro decide si continúa o dimite, el PP ha dado por terminadas sus conversaciones con el Partido Democrático y Social de Ceuta (PDSC), cuyos tres diputados son necesarios para presentar la moción de censura pero no afectan a la situación que se creará tras la dimisión del presidente. Si Sampietro finalmente renuncia al cargo, la Asamblea Parlamentaria tiene que convocar de inmediato un pleno informativo, y otro posterior, antes de 10 días, para votar al candidato que le sustituirá. PP, PSOE y los tránsfugas del GIL disponen ya de un hombre de consenso, Juan Vivas.

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Sampietro, de 51 años, está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción en dos procesos. Uno por la supuesta 'compra de voluntades' cuando consiguió que Bermúdez abandonara el PSOE y otro por supuestas coacciones a la Mutua de Ceuta -que se encarga de la sanidad de los funcionarios locales- para cobrar comisiones ilegales bajo amenaza de retirar el contrato que el Gobierno local tiene suscrito con esta entidad.

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