Zapatero ofrece a Aznar la paz en el 'caso Liaño' si acata al Supremo

Tras la exigencia inicial de responsabilidades políticas al Gobierno por haber incumplido la legalidad al decidir el indulto del ex juez prevaricador, formulada anteayer por el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, el secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció ayer al Ejecutivo la posibilidad de sacar el caso Gómez de Liaño de la contienda política en la que ya se agolpan la inmigración, las vacas locas y el síndrome de los Balcanes.

El líder del PSOE, en una rueda de prensa en el Congreso, ofreció a José María Aznar su 'apoyo y reconocimiento' y, por tanto, su no beligerancia en esta cuestión si acata la decisión del Tribunal Supremo y 'deja la cuestión aquí'. Se comprometió, en ese caso, a no 'echar leña al fuego', pese a que los socialistas ya le advirtieron al Gobierno, hace meses, del riesgo que corría de abrir un conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Judicial con su decisión de indultar al ex juez prevaricador.

Argumentó su oferta en el temor a un conflicto institucional que afectaría negativamente a la percepción que los ciudadanos tienen de la independencia de la justicia. 'Que el Gobierno aceptara, aún en la discrepancia, la resolución del Tribunal Supremo, sería un gesto inteligente y nítidamente constructivo para preservar lo mejor del Estado de derecho. Yo hubiera hecho mía la resolución del Supremo, aunque hubiera sido contraria a mi posición'.

Pero el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, insistió ayer en que el Ejecutivo mantendrá su posición, esto es, 'defenderá sus competencias, como el derecho de gracia, que no está limitado y que hasta ahora no había estado limitado'.

'Cosas opinables'

Rajoy quiso desdramatizar el conflicto de competencias entre el poder ejecutivo y judicial con el argumento de que 'en Derecho, hay muchas cosas opinables' y de que el Gobierno toma sus decisiones 'de acuerdo con la ley y a los informes jurídicos de sus asesorías'. 'El Gobierno puede equivocarse, pero los jueces también y, al final, tiene que haber una decisión última'.

En consecuencia, estimó que 'el ordenamiento jurídico establece la posibilidad de recurrir una resolución ante una instancia superior y, en este caso, probablemente el Gobierno tome una decisión'·

A la vista de que el Gobierno ha anunciado que mantendrá sus posiciones y recurrirá la decisión del Tribunal Supremo ante otra instancia, Rodríguez Zapatero insistió en reclamar al Ejecutivo que 'reflexione, que sea sensato y se asesore con los mejores juristas' porque 'debe darse cuenta de que no puede hacerlo todo pues sus decisiones y competencias, incluido el derecho de gracia, debe estar sujeto a la legalidad como todos los poderes públicos'. 'Hemos oído estos días cosas muy fuertes, como que el Gobierno puede hacerlo todo y no es verdad'.

Insistió en reclamar al Gobierno que tire la toalla en este caso 'sin excitar pasiones' porque 'la contumacia demostrada hasta ahora no ha sido buena para nadie'. 'Ni para la justicia, ni para el Gobierno ni, si me apuran, para el señor Gómez de Liaño'.

El secretario general del PSOE hizo una última advertencia al Gobierno: 'Todo el mundo puede volver a equivocarse otra vez. En mejor tono no se lo puedo advertir. No se equivoquen nuevamente. No perjudiquen más la imagen del Gobierno, la del Supremo y la propia del ex juez Gómez de Liaño'.

La polémica política siguió toda la jornada. El secretario general del PP, Javier Arenas, en unas declaraciones a la cadena COPE, replicó, a su vez, a Rodríguez Zapatero que se había pegado un 'patinazo' porque 'no existe ningún límite legal al derecho de gracia del Gobierno' y que 'no hay ningún precedente en España en limitar ese derecho' del Ejecutivo.

'Alguien que quiere ser presidente del Gobierno va por mal camino si no defiende las competencias del Gobierno. Hay que tener muy clara la separación de poderes, pero también que cada poder tiene que defender sus competencias al amparo de la Constitución', explicó Arenas.