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Los toxicómanos usan dos veces más la narcosala para inyectarse drogas desde que abre por las noches

Los toxicómanos utilizan dos veces más la narcosala de Las Barranquillas para inyectarse drogas desde que, el pasado 1 de enero, este servicio comenzase a funcionar las 24 horas. El uso de las cabinas de inyección ha ido creciendo mes a mes desde la apertura de esta sala el 24 de mayo de 2000, pero ese aumento ha sido mayor al iniciarse el horario nocturno.

En diciembre, las cabinas de inyección se usaban una media de 46 veces al día. En la primera semana de enero, en cada jornada se ha registrado una media de 103 venopunciones (66 por el día y 37 por la noche). En noviembre hubo 33 inyecciones diarias y 20 en octubre. La Agencia Antidroga de la Comunidad preveía, al poner en marcha este proyecto, que las cabinas de inyección se usasen de 100 a 150 veces al día.

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Para el gerente de la Agencia, José Cabrera, estos datos demuestran que la apertura nocturna de este servicio 'era una urgencia sanitaria'. Destaca también que en estos siete primeros días de enero se han abierto 94 nuevas historias clínicas, lo que supone que el dispositivo ha llegado a otros tantos toxicómanos que antes no habían recurrido a él.

De mayo a diciembre son 1.744 los drogodependientes que han acudido a la narcosala para pincharse, pedir información sobre tratamientos, obtener jeringuillas nuevas o recibir asistencia sanitaria y social. A cada uno de ellos se le abre una historia clínica con los datos que dan de forma voluntaria. En estos meses se han atendido 148 emergencias sanitarias por consumo de drogas.

La narcosala del poblado marginal vallecano de Las Barranquillas se creó para reducir los riesgos de infecciones y contagios entre los toxicómanos más desarraigados que se inyectan en lugares insalubres. Con ella se pretende acercarlos a la red asistencial. Desde mayo son 145 los drogodependientes derivados a otros servicios sociales y sanitarios.

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Cabe esperar que por la noche sean numerosos los toxicómanos que acudan a la narcosala a pedir jeringuillas nuevas, ya que a esas horas no van al poblado las ONG, como Universida y Médicos del Mundo, que de día realizan ese cometido.

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