Jordi Pujol se plantea nombrar a Artur Mas 'conseller en cap' del Gobierno catalán
Jordi Pujol está dipuesto a jugar todas sus cartas a favor de su delfín, Artur Mas, secretario general de Convergència, con vistas a las próximas autonómicas. Hasta tal punto le preocupa el resultado de CiU en la contienda electoral que sopesa nombrar a Mas conseller en cap del Gobierno catalán para así catapultarle como candidato a la presidencia de la Generalitat en 2003 y reducir en lo posible una temida debacle. Destacados miembros de CDC entre ellos Miquel Roca, han aconsejado a Pujol que lance definitivamente a Mas. Dirigentes de Unió advirtieron ayer que una decisión de este tenor abriría una grave crisis en el seno de CiU, porque daría al traste con las aspiraciones de Duran Lleida para liderar la coalición.
Aunque en ningún momento lo haya dicho en público, Jordi Pujol ya ha renunciado a presentarse como candidato en las autonómicas de 2003, tras haber encabezado la lista de CiU en seis elecciones consecutivas. Convergència ya tiene su propio candidato: el secretario general del partido y consejero de Economía, Artur Mas.
Pero la cuestión fundamental que preocupa no sólo a los convergentes, sino también a sus socios de Unió, es cómo podrá salir airosa la coalición de unas elecciones con el lastre que suponen 20 años ininterrumpidos de Gobierno, sin la figura de Jordi Pujol y con el precedente de los pasados comicios, en los que el socialista Pasqual Maragall ya les venció en número de votos.
Pocos dudan en la coalición nacionalista de que en 2003 se producirá irremediablemente un cambio de color en el Ejecutivo catalán, y se trataría entonces de procurar que CiU quedara en la mejor situación posible. Dos recientes sondeos, uno socialista y otro de Unió Democràtica, coinciden en pronosticar la victoria de Maragall y una tendencia al descenso de la coalición.
Derrota electoral
La dirección de Convergència y el propio Jordi Pujol creen que Mas es el hombre que puede dejarles en mejor lugar. Por este motivo, Pujol le nombró portavoz del Gobierno catalán con el fin de incrementar su proyección mediática, y en el congreso de CDC del pasado noviembre fue elegido secretario general del partido para que pueda controlar el aparato.
Pero el presidente catalán parece dispuesto a dar un paso más para aupar a su delfín. Miembros destacados de Convergència, entre ellos el ex secretario general Miquel Roca, han aconsejado al presidente catalán que lance definitivamente a Mas nombrándole conseller en cap, un cargo equivalente al de jefe del Ejecutivo e inédito hasta ahora en los gobiernos que ha nombrado Pujol.
Este cargo daría un nuevo empuje a la figura de Mas, tanto a entre la ciudadanía como dentro del Gobierno. De este modo, el consejero de Economía incrementaría notablemente su peso político en el Ejecutivo, distanciándose del resto de los miembros y, sobre todo, de Duran Lleida, su rival en la carrera por la sucesión de Pujol y en el liderazgo de CiU. Además esta decisión disiparía definitivamente las dudas sobre la intención de Pujol de presentarse a la reelección.
En cualquier caso, el presidente apuesta claramente por Mas y le va a dejar el camino expedito en el Gobierno y en el partido. Una muestra de ello es que Pujol no ha puesto ningún impedimento a la intención de Mas de suprimir el secretariado permanente de CDC, conocido como el sanedrín y verdadero núcleo de decisión. El secretario general estudia la creación de otro órgano mucho más efectivo y adecuado a la nueva estructura organizativa que quiere impulsar en las próximas semanas.
Si finalmente Pujol se decide a nombrar a Mas conseller en cap del Gobierno, sus socios de Unió Democràtica no se lo pondrán fácil. Aunque los democristianos ya admiten que Pujol opta sin ambages por Mas -según el presidente, Convergència nunca aceptaría a Duran como candidato-, no están dispuestos a una demostración de fuerza de tal calibre. Miembros de la dirección de Unió advirtieron ayer de que, si Mas es nombrado conseller en cap, se abrirá en la coalición una grieta muy difícil de cerrar. 'Ni nos lo imagimanos', señalaron. No obstante, precisaron que su voluntad es reforzar Convergència i Unió y que en ningún momento la formación democristiana pondría en peligro la continuidad de la coalición.
Tanto desde Convergència como desde Presidencia se negó ayer tarde que Pujol tenga decidido otorgar a Mas un cargo más relevante dentro del Ejecutivo, como sería nombrarlo conseller en cap. Sobre todo para no herir a sus socios de Unió y en concreto a Duran Lleida, en un momento en que debe empezar a negociarse el nuevo marco de relaciones de la coalición, tras los congresos de ambos partidos.
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