Estrategias con fondos en pérdidas
Las alternativas para 2001 pasan por vender o mantener la totalidad de las participaciones
Enero suele ser un mes que los particulares aprovechan para 'echar cuentas'. Miran hacia atrás para conocer cuál ha sido la marcha de sus inversiones en el año anterior. Pocas serán las alegrías que habrá en estos días. De media, los fondos de renta variable perdieron en el año 2000 un 13% de su valor, según los últimos datos de Ahorro Corporación. Las diferencias entre unos y otros fondos fueron, sin embargo, significativas. Mientras algunos, los menos, consiguieron cerrar el ejercicio con ganancias, otros registraron pérdidas superiores al 20%. Asumir que se tiene menos dinero que hace 12 meses no es tarea sencilla. De ahí que, en estos días, más de un particular se plantee modificar su estrategia de inversión, orientándola hacia posiciones más conservadoras. Deshacer posiciones en un fondo de renta variable, asumiendo pérdidas, acarrea riesgo. Riesgo de que los mercados de valores se recuperen -los analistas mantienen unas previsiones bastante optimistas para el ejercicio 2001- y se deje de ganar dinero o, al menos, de reducir parte de las pérdidas. Limitar este riesgo es, a juicio de los técnicos, sencillo. Basta con, en función de la situación de cada particular y de sus estimaciones sobre el comportamiento de las bolsas en los próximos meses, seguir alguna de las estrategias que aquí se recogen.
Los ahorradores más optimistas deberían mantener el mayor porcentaje de sus inversiones en renta variable -
Los particulares que no confíen en una mejora de las cotizaciones bursátiles obtendrían las menores pérdidas en un balance bianual si en la actualidad deshicieran todas sus posiciones en sus fondos de renta variable y recolocaran su dinero en fondos de dinero, en títulos de renta fija privada o incluso cuentas de alta remuneración. Al vender sus fondos harían efectivas unas pérdidas que les servirían para compensar futuras ganancias, siempre y cuando éstas se lograran en un plazo superior al año si las minusvalías se hubieran conseguido en un periodo de tiempo similar.
Los particulares que confíen en las previsiones sobre el futuro comportamiento de los mercados de valores europeos, incluido el español -aunque éstas son optimistas tienen, sin embargo, un grado de oscilación de entre el 5% y el 40%-, tienen a su alcance un amplio abanico de posibilidades de diversificación. Pueden vender desde un 10% de sus participaciones hasta un 90%, consiguiendo así, por un lado, limitar sus pérdidas y, por otro, también reducir sus ganancias.
Los inversores más optimistas deberían apostar por mantener el mayor porcentaje de sus inversiones de renta variable. De esta forma, una mayor parte de su patrimonio se vería beneficiada de la probable recuperación bursátil. Supongamos un particular, partícipe de un fondo de renta variable que perdió a lo largo del año 2000 un 21,75%, en concreto la misma caída registrada en dicho ejercicio por el Ibex 35. Si el mercado nacional cerrase este año con una revalorización en torno al 40%, la diferencia entre mantener el 100% de las participaciones o vender el mismo 100% equivale a asumir una pérdida bianual del 19% o registrar una ganancia en el mismo plazo superior al 11,5%. De darse esta situación alcista en el mercado de valores, para conseguir ganancias en un periodo de 24 meses supone asumir el riesgo de mantener como mínimo el 70% de las participaciones en el fondo de renta variable.
Para los particulares no tan sumamente optimistas -apostar por una ganancia en la Bolsa española en torno al 20%- la única posibilidad que les cabe para no registrar pérdidas en un plazo de inversión de dos años es olvidarse de tal periodo y ampliar su horizonte temporal al menos unos meses más para conseguir cambiar el signo negativo de sus inversiones. Como se puede ver en el ejemplo adjunto, aun si el Ibex 35 llegara a cerrar el ejercicio 2001 con una ganancia del 20,75%, si el fondo clonara al 100% este indicador, no se lograrían plusvalías en un plazo bianual, independientemente de cuál fuera el porcentaje de las participaciones que del fondo de renta variable se mantuvieran.
Los mercados de valores han empezado el año dibujando lo que será su tónica en los próximos meses, según los expertos. La primera jornada del ejercicio estuvo claramente orientada a la baja. Las siguientes y, gracias a la decisión de la Reserva Federal de recortar los tipos de interés de referencia estadounidenses, fueron, sin embargo, claramente alcistas. En este contexto, que se presume de inestabilidad, encontrar el momento de tomar posiciones o deshacerlas es la decisión más difícil.
FIAMM no tan malos
Más de un inversor particular optó en el primer trimestre del 2000 por abandonar sus posiciones conservadoras y apostar por los fondos de renta variable. En los 12 meses del pasado ejercicio, el patrimonio de los fondos de dinero FIAMM se ha reducido en unos 11.000 millones de euros, más de 1,8 billones de pesetas. Pero, a partir del mes de abril, se dibujó un nuevo escenario financiero. Los mercados de valores no sólo se caracterizaron por una fuerte inestabilidad que finalmente se saldó con pérdidas sino que, además, se inició una escalada en los tipos de interés de referencia. El resultado de todo ello ha sido que, según los últimos datos de Ahorro Corporación, los que fueron tan 'denostados' FIAMM han sido, tras los FIM Fondtesoros, los fondos de inversión más rentables del año 2000, aunque su ganancia media no haya llegado al 3%. Aunque los FIAMM hayan resultado ser una de las alternativas de inversión que mejores resultados financieros han arrojado, la realidad es que siguen sin ofrecer un nivel suficiente de rentabilidad para los inversores. Para todos los particulares, una cuenta corriente al 5% es más rentable que un fondo de dinero al 3% y ello a pesar de que sobre los intereses que genera la primera se aplican los marginales de cada contribuyente. Si el fondo de dinero arroja unas ganancias del 4%, éste sólo se convierte en más rentable (se ha de mantener más de 12 meses), desde un punto financiero-fiscal, que una cuenta corriente al 5%, para los particulares con tipos marginales en el IRPF superiores al 37,2%. Si el FIAMM rentase un 5% anual, la situación se daría la vuelta. Se convertiría en la alternativa conservadora más rentable, al ofrecer, al margen de los niveles de renta de cada persona, una ganancia financiero-fiscal del 4,1%.
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