Detenido cuando dormía dos horas después de matar a un hombre en un club de Coslada
El supuesto homicida mantenía desavenencias con la víctima desde hace varios años
No llegó muy lejos Bernabé A. Q., de 46 años, el hombre que supuestamente mató de un tiro en la cara a Antonio Moreno Navas, de 31, en la madrugada de ayer en un club de alterne de Coslada. Dos horas después de cometer el crimen, la policía lo detuvo durmiendo en una pensión próxima al lugar donde disparó a su víctima con una escopeta de caza. Bernabé residía en ese establecimiento desde hace ocho meses, tras separarse de su mujer. En sus declaraciones a la policía, el presunto agresor aseguró que mantenía desde hace varios años desavenencias con Antonio.
Tanto Bernabé como Antonio eran clientes habituales del Michael, un club de alterne abierto desde hace años en el número 18 de la céntrica calle de Begoña, en Coslada. La primera reconstrucción del suceso indica, según la policía, que el agresor y la víctima se encontraban en dicho club aproximadamente a las tres de la madrugada de ayer y que, al parecer, una discusión, cuyo motivo se desconoce, desató la tragedia.
Después del enfrentamiento verbal, Bernabé salió del local y, más tarde, regresó con la escopeta en la mano. Disparó un solo tiro a la cara de Antonio Moreno Navas -justo en el lateral izquierdo- y produjo su muerte de forma inmediata. Los clientes que se encontraban en el lugar, según indicó la policía, no se percataron de que Bernabé llevaba el arma. Sólo sintieron el estrépito mortal. Una segunda hipótesis manejada por los agentes indica que el supuesto homicida llegó al club buscando a su víctima y le dio muerte de forma inmediata. Una UVI del Sercam se presentó en el lugar, pero los médicos sólo pudieron certificar la muerte de Antonio. Según fuentes policiales, Bernabé afirmó que desde hace varios años sostenía serias desavenencias con su víctima.
Unas dos horas después del crimen, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía hallaron al presunto agresor tumbado en una cama de una pensión ubicada en la misma calle del club Michael. Según los vecinos, se trata de un piso cuyas habitaciones alquilan los dueños y en el que vive Bernabé desde hace ocho meses.
'A las cinco de la mañana oímos ruido y los agentes nos dijeron que permaneciéramos en nuestras casas. Había muchos policías', señaló un vecino de la pensión. 'Desde hace tiempo tenemos problemas con el jaleo que se monta aquí. Los dueños no han solicitado permiso a la comunidad de propietarios para abrir la pensión', declaró, enfadado, otro residente del inmueble.
A pesar de que Bernabé no es muy conocido en el edificio donde reside actualmente, algunos vecinos de la calle de Begoña afirmaron que vive en la zona desde hace más de 20 años y que es considerado como una persona 'normal' que 'nunca ha tenido problemas con nadie'.
Una persona 'tranquila'
'No entendemos lo que ha hecho. Él es muy tranquilo. Es un fontanero que trabaja por su cuenta y a quien todo el mundo conoce. Debió de ser algún arrebato', sostuvo un vecino. 'Es muy trabajador. Lo conocemos de toda la vida. Sabíamos que tenía problemas con su esposa por la separación, pero a nadie se le ocurrió que pudiera matar a alguien', declaró otra vecina.
Según la policía, Bernabé A. Q. tiene antecedentes policiales. En el mismo local donde se produjo el crimen, el supuesto asesino fue detenido junto a su hermano, acusado de lesiones a varios clientes, en febrero del pasado año.
Los vecinos del club de alterne se mostraron ayer 'preocupados' por el suceso y afirmaron que en varias ocasiones se han desatado peleas y enfrentamientos en el establecimiento. 'No es la primera vez que ocurre algo allí. Siempre hay problemas, pero nunca había pasado algo tan grave. Yo creo que un lugar como ése no debería estar en esta zona', declaró una mujer que vive en el portal contiguo al club. 'Como ya hemos oído broncas antes, esta vez decidimos seguir durmiendo; nunca imaginamos que se tratara de un asesinato', agregó.
Antonio Moreno, la víctima, había nacido en Madrid en 1969. Según la policía, había sufrido una agresión con un cuchillo a manos de su esposa y en 1993 ingresó en la cárcel de Guadalajara tras un juicio en el que se le pedía una condena de dos años de prisión. Ayer se esperaba que su agresor pasara a disposición judicial.
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