Ibarretxe y el PNV apuestan por no disolver la Cámara vasca y retomar la actividad en febrero
La presión de los principales líderes del PNV sobre el lehendakari es grande y la ejercitan en público. Pero salvo esa determinación de reabrir el Parlamento, que terminará de madurar esta semana, no hay decisión. Ibarretxe se mantiene pétreo en sus encuentros con todo tipo de interlocutores, desconcertados por no vislumbrar ni el mínimo atisbo de intención de disolver la Cámara.
La mayor precisión que alguno ha obtenido de él es que los comicios serán 'este año' y que pueden ser 'antes o después del verano'. 'Y no es que haya ningún secreto muy bien guardado', se asegura en medios nacionalistas, 'sino que no hay decisión tomada, salvo que él lo haya hecho en estos días de vacaciones'. El líder vasco de IU, Javier Madrazo, es quien más ha arriesgado por el momento, al afirmar anteayer que los comicios serán en el primer semestre del año.
La idea más extendida entre personalidades con las que Ibarretxe dialoga regularmente indica que el Parlamento iniciará un periodo de sesiones, tal vez corto o incluso restringido a febrero, para celebrar los comicios en mayo. Sin embargo, el PNV y la ejecutiva de EA se inclinan por prolongar la legislatura hasta junio e ir a las urnas en octubre.
Ambas formaciones lo encuentran practicable y recomiendan a Ibarretxe que se atenga a un viejo refrán: 'Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar'. Constatan que perder votaciones en la Cámara vasca no les deteriora ante la ciudadanía, siempre que lo votado no repercuta en ella directa y negativamente. También tienen garantizado que la oposición no podrá cambiar ninguna ley antes del verano.
El PNV tiene incluso interés en que algunos asuntos propuestos por el PP y el PSE avancen: cree que se verán sus diferencias y hasta tendrán que explicar por qué se rectifican a sí mismos. Están convencidos de que el discurso de la oposición ya sólo puede resultar repetitivo y que su acusación más peligrosa, la del pacto con los violentos, está desactivada ante la opinión vasca como perteneciente al pasado, mientras ésta mantiene un firme respaldo a la necesidad del diálogo entre las fuerzas democráticas, principal bandera de Ibarretxe.
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