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La falta de dinero amenaza con dejar seco un tramo del Llobregat

El agua de la depuradora irá al mar si no hay planta de bombeo

Las obras de la depuradora del Baix Llobregat van viento en popa. Su finalización está prevista para mediados del año 2002. Pero en esa fecha, el agua podrá ir directamente al mar. Esto tendrá efectos benéficos ya que contribuirá a regenerar las playas de El Prat y a evitar la salinización de los acuíferos, pero dejará un tramo del río totalmente seco: el que va desde los colectores de entrada a la depuradora hasta el mar. La solución sería una estación que bombeara el agua hacia arriba. Hoy por hoy, no está presupuestada.

La depuradora del agua del Baix Llobregat, cuyo coste asciende a unos 40.000 millones de pesetas, limpiará tanta agua como almacena algún pantano de Cataluña. Tiene capacidad para tratar 420.000 metros cúbicos al día. Un agua que puede ser reutilizada, pero que de momento no lo será. Los continuos retrasos en las obras previstas en el plan del Delta del Llobregat están en la raíz de ello.

Las fuerzas sociales de la comarca reclaman desde hace meses dos inversiones complementarias. Una, la instalación de un sistema de depuración terciario que permita la reutilización del agua tanto en el propio río, para garantizar sus caudal ecológico (una cantidad mínima de agua que permita la vida), como en industrias y campos para riego. Esto último está en camino.

La petición efectuada por el Consejo Comarcal del Baix Llobregat, con el apoyo de la Unió de Pagesos, la Confederación de Empresarios, la Comunidad de Usuarios de Aguas del Delta y las comunidades de regantes del Canal de la derecha y del Canal de la Infanta ha sido parcialmente acogida por el Gobierno catalán. El pasado junio aceptó tramitar la declaración de la obra como 'de interés general' ante el Gobierno central. Una vez tenga esta consideración podrán solicitarse ayudas a la Unión Europea. Estas ayudas, de los fondos de cohesión, podrán alcanzar el 85% de los 14.000 millones de pesetas de coste estimado.

Con esta inversión, el agua depurada podría ser reutilizada en empresas, para tareas de refrigeración industrial, y en el campo, para regadíos. De hecho, el sistema de depuración terciario deja el agua 'a las puertas de la potabilización', según fuentes de la Entidad Metropolitana de Medio Ambiente, de la que depende la depuradora.

Voces de alerta

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El segundo punto es más difícil. En estos momentos, salvo las fuerzas vivas del Baix Llobregat y algunos grupos ecologistas, nadie se pronuncia con claridad sobre la estación de bombeo. Proliferan las voces que alertan sobre la separación entre el final previsto de las obras de la depuradora (dentro de un año y medio) y la falta de previsión inversora para un sistema de bombeo que devuelva el agua al mismo punto de donde sale y permita garantizar el caudal ecológico del río desde Sant Joan Despí hasta la desembocadura. En caso contrario, el último tramo del río puede quedar seco.

Pero ésta no es la única obra necesaria sin previsión de inicio. El desvío del río tampoco está licitado. Si no se produce un cambio radical por parte del Gobierno central, puede ocurrir que la depuradora quede terminada y sin funciones, lo cual no deja de alarmar a los dirigentes del Baix Llobregat. 'Hay una relación directa entre el desvío del río y el resto de las obras previstas. Hay algunas que pueden seguir adelante sin el desvío, pero otras no', recuerda el presidente del Consejo Comarcal, José Luis Morlanes.

Entre las obras que no pueden adelantar sin el desvío figura la ampliación del puerto de Barcelona y parte de las conexiones viarias del mismo, tanto por ferrocarril como por carretera, e, indirectamente, el complejo logístico que incluye el aeropuerto y la estación del AVE.

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