Esclavos por encargo

Ya casi nadie se acuerda, pero era de Lorca, se llamaba Pedro y lo conocían por El Chino. La Guardia Civil de Fuengirola (Málaga) lo detuvo cuando transportaba en su furgoneta a 36 inmigrantes sin papeles -30 marroquíes y seis argelinos- que a punto estuvieron de morir asfixiados. Fue el pasado 20 de junio, unas horas después de la tragedia del puerto inglés de Dover, donde perecieron 58 inmigrantes asiáticos. Viene a cuento la historia de El Chino porque entonces se dijo que trabajaba para una red organizada de traficantes de hombres con origen en las playas de Marruecos y destino en los campos de Murcia. Esclavos por encargo.

Se aseguró desde instancias oficiales que se llegaría hasta el final, que se descubriría a los empresarios que instigaban el tráfico de hombres. Ni se hizo entonces ni se hizo nunca. Los máximos responsables de UGT y CC OO en Murcia, Víctor Meseguer y José Luis Romero, resaltan una contradicción muy llamativa: 'Aquí todos los días se desarticula una mafia, pero nunca al empresario que le da trabajo'.

La secretaria confederal de Política Social de CC OO, Paloma López, dijo ayer saber de algunos empresarios que 'obligan a trabajar a los inmigrantes ilegales de noche para evitar las inspecciones de trabajo'.

Si los pasos a nivel fueron calificados por Cándido Méndez, el secretario general de la UGT, como 'más propios de los años 50 que del siglo XXI', nadie duda en Lorca de que la relación de muchos empresarios locales con sus trabajadores sin papeles están definitivamente ancladas en el siglo XIX.