El acceso desde un chalé a una carretera deberá distar 150 metros del siguiente
La Consejería de Obras Públicas prepara una orden 'pionera en España', según afirman sus responsables, que obligará a que haya al menos 150 metros de distancia entre una vía de acceso directo a un chalé o urbanización y la más próxima. Se pretende reforzar así la seguridad vial en las carreteras regionales, impidiendo la constante incorporación de coches a la calzada a través de innumerables puntos, como ocurre ahora en zonas de la sierra o densamente ocupadas por viviendas unifamiliares.
Esta orden regulará así un aspecto de la seguridad vial que hasta ahora no estaba cubierto por ninguna normativa estatal ni autonómica. La única es una orden del Ministerio de Fomento, que entró en vigor hace aproximadamente dos años, que afecta únicamente a las autovías y autopistas de carácter nacional.
Según el consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, la orden de la Dirección General de Carreteras, que está en tramitación, obligará a mantener una separación de al menos 150 metros entre los accesos directos a las carreteras autonómicas, aunque las fincas o casas afectadas se encuentren entre sí a una distancia menor. De esta forma, si existiera una separación inferior entre dos parcelas o viviendas, sus propietarios tendrían que ponerse de acuerdo para unificar el acceso a la carretera o bien construir una vía de servicio para mantener un único punto de interconexión con la vía que es competencia de la Comunidad.
Sólo existe una excepción a esta norma: las gasolineras. En este caso, sí podrá existir una distancia de 60 metros (aunque nunca inferior) entre la entrada a la estación de servicio y el acceso más próximo; si bien la configuración, curvatura, señalización y entrada a la gasolinera deberá ser aprobada por los técnicos de la Consejería de Obras Públicas.
Según Cortés, esta medida ayudará a mejorar la seguridad de las carreteras regionales, ya que se evitará así que 'existan numerosos accesos directos en distancias excesivamente cortas'. 'La profusión de entradas y conexiones directas a las carreteras en tramos muy cortos disminuye drásticamente la seguridad del tráfico y supone un claro peligro', explicó.
La orden incluye también la obligatoriedad de dotar a las futuras calzadas de doble carril que son competencia de la Comunidad -por ejemplo, la ampliación de la M-501 o carretera de los pantanos- de sus propias vías de servicio. De esta manera, se evitará que se pueda acceder directamente a ellas desde una finca o vivienda próximas.
Las carreteras que soporten más de 10.000 vehículos diarios, aunque no estén desdobladas, también tendrán esta consideración y deberán contar con vías de servicio, dada la peligrosidad que para su densa circulación supone que los vehículos puedan entrar directamente desde propiedades adyacentes. La distancia entre la vía de servicio y la calzada de la carretera, según recoge el proyecto, deberá ser siempre superior a los cuatro metros.
La norma que la Consejería de Obras Públicas aprobará en las próximas semanas no tiene carácter retroactivo, por lo que se mantendrán los actuales accesos, si bien la orden será de obligado cumplimiento en el caso de nuevas carreteras y edificaciones. 'Sería imposible intentar unificar o eliminar todos los accesos existentes', reconoce Cortés, 'pero no es imposible evitar que éstos sigan proliferando'.
La Consejería de Obras Públicas admitió ayer que no tiene un censo de accesos directos privados o públicos a carreteras regionales. Aunque admite: 'El número probablemente es enorme'.
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