Un centenario en el tercer milenio
Manuel Castelló, un vecino de Cocentania, acumuló ayer al inicio de la nueva centuria otros tantos años de vida
Desde la antigüedad el hombre ha tratado de enfrentarse al paso del tiempo a fin de ganar años a la muerte. El elixir de la eterna juventud, la inmortalidad o la reencarnación, que prometen a los fieles algunas confesiones religiosas, son mitos difíciles de entender para el conjunto de la humanidad, pero que, inexplicablemente, podrían haber cobrado vida en un hombre nacido en Cocentaina hace ayer 100 años y que conserva una vitalidad envidiable a su edad.Su nombre es Manuel Castelló Senabre y tanto él como su familia pueden presumir de haber iniciado el tercer milenio celebrando su primer siglo de vida, que cumplió ayer.
Su receta mágica para resistir ante el paso de los años la da la tierra donde nació. No perdona un vasito de café licor y unas tares de muixama que le prepara su hija en el aperitivo.
Su jornada comienza 'hacia las diez, poco más o menos' y en ella se dedica a dar largos paseos y escuchar la radio. Su hija Mila, con la que convive, asegura con orgullo que aún cada día recorre a pie hasta tres kilómetros, que distan la casa de campo que tiene la familia.
No siempre ha sido así. De joven a Manuel Castelló se le podía ver por Cocentaina y sus alrededores montando a caballo. 'Era un señor de buena familia. Su padre era ingeniero agrícola y administrador de las principales masías de Alcoy. A él no le ha gustado estudiar y se encargaba de acompañar a su padre en la recaudación', explicó su yerno.
Su otra afición diaria, la radio, le mantiene al día de la actualidad y a contestar cuando se le pregunta por el nombre del presidente de España, con un 'José María.... Aznaaaarr'. De los alcaldes de Cocentaina repasa con rapidez los últimos y los más antiguos.
'Es muy lúcido para la edad que tiene. Inclusos los médicos no llegan a creerse los años que tiene a la vista de los informes sobre su estado de salud', apunta su yerno. 'Si no fuera por la sordera y el mal en el lumbago que le ha salido estas semanas...., es muy jovial, le gusta bromear con sus nietos ', comenta su hija. 'No tiene azúcar, ni colesterol,...y la tensión perfecta; 13-8', añade.
Manuel tiene dos hijas Mila y Paquita, casadas con José y Ernesto. De ambos matrimonio tiene cinco nietas (María Milagro, Asunción, Carmina, Ana y Reyes), un nieto (Ernesto), cuatro biznietas (Ana, Sara, Irene y María) y dos biznietos (Mauro y Sergio).
Manuel es hijo de un matrimonio longevo. Su padre, Paco, falleció a los 76 años y su madre, Manuela, después de cumplir los 94. De los cien años vividos se queda con los de juventud, 'aunque ahora también estoy muy bien'.
Recuerda que de joven fue reclutado para la guerra en Melilla donde estuvo de asistente al cuidado de los caballos. 'Estando allí llegó el jefe,... ¿cómo se llamaba? ¡ah! Franco, entonces era teniente coronel'. Su temperamento extrovertido le costó durante la Guerra Civil el paso por la cárcel. 'Cuando se enteró que los republicanos habían incautado una finca de su familia, se plantó allí y arrancó la bandera republicana. Despué se lo llevaron encerrado' recuerda su hija.
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