La vuelta a los tiempos de resistencia
Todos los sondeos de intención de voto, el último publicado por el Gobierno vasco o el Euskobarómetro de la UPV, han detectado un retroceso en la intención de apoyo electoral -auguran a EH una pérdida de tres y hasta cuatro escaños de representación- que confirma definitivamente el repliegue político de la izquierda abertzale que se produce de forma regular en los tres territorios vascos.Se trata del fin de la etapa EH, una sigla que ensayó la posibilidad de ser una fuerza política autónoma para volver a convertirse más que nunca en HB, la representación política de ETA. El fin del sueño de hacer política que Arnaldo Otegi e Iñigo Iruin pudieron experimentar al negociar en plena tregua un pacto de gobierno que les exigía la permanencia en el hemiciclo vasco. El fin, en definitiva, de la apertura hacia la unidad popular que EH consiguió al suscribir acuerdos con partidos de la izquierda, como Zutik o la coalición Batzarre, que aglutina a la izquierda en Navarra. Ambas organizaciones, que se presentaron con EH en las elecciones municipales de 1999, se han alejado tras la tregua del proceso Batasuna emprendido por HB para consolidar una refundación y que ya tuvo su primera interferencia al imponer EH, hace ahora un año, la abstención de HB en las elecciones generales de marzo.
La interferencia de ETA -que ha decidido regresar a Oldartzen (Acometer), la estrategia de socializar el sufrimiento y desestabilizar al Estado que abandonó con la tregua- ha impuesto la vuelta a los tiempos de resistencia, en los que no hace falta ser muchos sino estar muy unidos y convencidos de que no hay otra verdad que la de "resistir es ganar".
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